Pasan los días, las semanas, los meses y los años y Mariano Rajoy continúa en pie y parece seguir siendo el omnipotente candidato a la presidencia del Gobierno por parte del Partido Popular. Por mucho que las quinielas echen humo a la hora de hablar sobre quién será el sucesor del tótem del Gobierno, sino también del partido de la gaviota. Nadie parece hacerle sombra, no aparecen voces que se atrevan a cuestionar el liderazgo del hombre tranquilo. Este caminante que, mientras sus rivales se desgastan, él parece ser cada día más poderoso e incuestionable.
Porque no son ni uno, ni dos, los casos en los que los rivales políticos de Mariano Rajoy han ido quedando por el camino. Como es el caso de Pablo Casado, el siempre mencionado para liderar la nave Popular, desaparecido del mapa, de la televisión y de las quinielas como por arte de magia. La jerarquía tan marcada del partido, así como la presión ejercida por el sector más conservador, han terminado por convertir a Casado en un mero dirigente más. Se dice que, en política, cuando la prensa te sitúa a la cabeza de un proyecto mediante especulaciones o rumores de fuentes internas de un partido, tu testa rodará precipitadamente y sin esperarlo.
Cabezas como la del sector más conservador del Partido Popular, con Mayor Oreja a la cabeza, poco a poco arrinconados por la formación como consecuencia de la nueva deriva ideológica socialdemócrata del PP. Mariano Rajoy parece mandar, ordenar y gobernar cada uno de los movimientos de las siglas. Desde que José María Aznar le nombrara como su sucesor en Valencia, el actual Presidente del Gobierno ha ido amoldando el partido a su imagen y semejanza hasta convertirlo en una formación presidencialista donde lo más importante es su liderazgo. Un prisma que ha ocasionado la salida de ilustres del partido, como la del propio Mayor Oreja o la del mismo ex presidente Aznar, que cada día que pasa demuestra más sus discrepancias con Rajoy. Ese hombre "con demasiado sentido del humor", como así lo define el hombre de hielo Aznar, que ha reformado totalmente el proyecto que este le dejó. Del antaño proclamado viaje al centro, al "ni liberales ni conservadores" de Rajoy.
Un partido de marcada tendencia presidencialista que seguramente buscará un relevo de la misma corriente. Todos dicen que el elegido por el jerarca será Alberto Nuñez Feijóo. Gallego, gestor, templado, elegante. En definitiva, se pudiera pensar en un Rajoy más joven y moderno. Otros, en cambio prefieren a una mujer, desean que una fémina rompa el techo de cristal, una 'Merkel' que ponga en vereda a la nación, una política que haga desaparecer todos los tópicos de la derecha española. ¿Será Cristina Cifuentes? Parece complicado a tenor de su carácter y sesgo social. La dama de hierro escogida por Rajoy, podría ser Soraya Sáez de Santamaría. La delfín de Rajoy, la que para muchos es la cabeza pensante del actual Ejecutivo, quien maneja los hilos detrás de cada una de las decisiones. Quizá la vicepresidenta sin el vice.