Uno de los filmes más triunfadores en la temporada de premios y más alabados por la crítica se llama “Lady Bird”, trabajo dirigido por la actriz Greta Gerwig y protagonizado por una sobresaliente Saoirse Ronan.
El filme cuenta la historia de una joven estudiante llamada Lady Bird que se muda al norte de California para pasar allí su último año de instituto. La joven, que cuenta con inclinaciones artísticas, tratará de encontrar su propio camino y definirse alejada de su madre protectora.
Saoirse Ronan brilla en el debut de Greta Gerwig como directora. Es un trabajo profundamente emocional y muy divertido en muchos momentos, pero el moderado arco dramático del personaje no tiene mucho peso, lo que chirría bastante con la historia que se nos pretende contar.
“Lady Bird” está llena de diálogos exquisitos. De eso no hay duda y decir lo contrario sería pecar de arrogante e inculto, pero tiene también algunos defectos que provocan que no sea una obra redonda y realmente es una pena, porque es un trabajo bastante intrépido y diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.
Los primeros minutos de “Lady Bird” son, sin lugar a dudas, lo mejor del largometraje. Es una comedia de iniciación tan divertida, perceptiva y veraz que hace que la mayoría de películas sobre la adolescencia parezcan tópicos absurdos y exagerados con la máxima hipérbole posible.
La cinta, en la que también sobresale una gran Laurie Metcalf en el papel de la madre, funciona perfectamente en explicar el tránsito entre la adolescencia y la madurez, explicando lo difícil que puede ser encontrar tu camino interior y las aspiraciones que cada uno tenemos en la vida, pero falla en meter elementos dramáticos al no quedar bien integrado y convertirse en un batiburrillo de géneros.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Las interpretaciones de Saoirse Ronan y Laurie Metcalf.
Lo peor: Sus elementos dramáticos funcionan muy mal.