Comenzó de una manera brillante la gala de los Grammy Awards con la actuación de U2, la figura imponente de Bono lanzando su primera andanada a Trump, enumerando aquellos ‘agujeros de mierda’ del presidente. Kendrick Lamar, puso también su sello en el inicio, apuntando la gran altura y la intensa noche que se pudo vivir en el Madison Square Graden.
La primera y evidente reflexión respecto a la 60 edición de los prestigiosos Grammy es que la mayoría de ellos se marcharon para otro planeta, en concreto para el planeta rojo, el planeta Marte en el que Bruno y su 24K Magic reinaron con seis gramófonos. En concreto este extraterrestre de la música nacido en Honolulú, pero con ascendencia puertorriqueña y marciana, logró los Grammy en las categorías de mejor álbum general y de R&B, el tema 24K Magic como mejor grabación, mientras que el pegadizo That’s what I like, se alzó con la victoria como mejor canción general y de R&B, además de la de mejor actuación de R&B.
Bruno Mars hizo magia y Jay Z se fue de vacío
Es evidente que Bruno Mars ha hecho magia de 24 quilates a juicio del jurado de los premios de la industria discográfica estadounidense, que regresaron a la ciudad de Nueva York para coronar a un nuevo rey. En cambio uno de los grandes aspirantes como Jay Z -con ocho nominaciones-, se marchó de vacío. Algo similar sucedió con el Hit Despacito, que sufrió otra de las mayores decepciones. El contagioso reguetón de Luis Fonsi y Daddy Yankee, nominado en su versión junto a Justin Bieber, en la categoría reina a la mejor canción, mejor grabación, no pudo hacer historia para el pop latino, pues Bruno Mars compitió en otra galaxia. Simplemente en la galaxia del ritmo y el baile, tal y como demostró en uno de los momentos más álgidos del show, interpretando Finesse junto a Cardi B, un viaje en la máquina del ritmo y el tiempo hacia la década de los 90 del siglo pasado. El pop de Marte pudo con el Hip Hop y el Rap, el Madison Square Garden fue conquistado por la velocidad de la luz de Bruno Mars.
Kendrick Lamar en la galaxia urbana del rap
En una galaxia cercana a la de Bruno Mars brilló otra estrella como la de Kendrick Lamar, que logró 5 de 7 candidaturas. En concreto su grandioso Humble se coronó en la historia del rap con los premios a la mejor canción, actuación individual y vídeo musical; mientras que Loyalty, tema interpretado junto a Rihanna, se alzó con el gramófono a la mejor actuación cantada de rap, dos canciones del firmamento del álbum Damn, que venció en la categoría de rap. Sin duda un álbum para brillar en la galaxia urbana del rap, tanto como lo hizo en esta edición de los Oscar de la música. Y Kendrick Lamar lo hizo con la suficiente grandeza como para recordar y dejar claro que Jayz Z, el gran perdedor de la noche, siempre ha sido uno de sus mayores referentes, sus maestros. Tanto como para gritar al final de su discurso de agradecimiento el mensaje al mundo de la música de “Jay for president”, haciendo un claro guiño a un artista que se implica y se expone sin miedo a expresar sus reivindicaciones, totalmente enfrentadas y contrarias a Donald Trump. Precisamente las voces críticas respecto a la política presidencial estadounidense fueron muchas, Camila Cabello, hija de inmigrantes que fueron en busca del sueño americano expresó su frontal repulsa contra la administración Trump respecto a la política migratoria. Y lo hizo con la siguiente frase: “Sé que, igual que los sueños, no podemos olvidar a estos chicos y merecen que luchemos por ellos”
Shakira y The Weknd haciendo historia
El álbum El Dorado de Shakira se llevó el Grammy al mejor de pop latino, logrando el hito de convertirse en la única artista femenina en ganar dos veces el premio a la citada categoría, que ya obtuvo hace 17 años por su MTV Unplugged. Residente, que ganó el Grammy al mejor álbum de rock, urbano o alternativo latino por el álbum que lleva su nombre y Rubén Blades que con Salsa Big Band ganó el Grammy al mejor álbum tropical latino completaron la lista de los triunfadores latinos de la gala. Otro de los artistas que logró brillar por conseguir algo histórico fue Abel Tesfaye, cuyo nombre artístico es The Weeknd, que obtuvo por segunda vez el gramófono al mejor álbum urbano contemporáneo por Starboy.
Por su parte hubo tiempo para recordar a los que se fueron como los legendarios rockeros Chuck Berry y Fats Domino, a los que dedicaron su actuación Joan Batiste y Gary Clarke Jr., mientras que Tom Petty, recibió su merecido recuerdo a través de Chris Stapleton y Emmylou Harris. En esta línea Leonard Cohen se llevó dos premios póstumos en la categoría de rock por You Want it Darker, mientras que Carrie Fisher lo hizo por sus memorias. Ed Sheeran se llevó dos premios en la categoría pop, el de mejor solista pop por Shape Of You
El Grammy al mejor álbum country fue para Chris Stapleton, por From a Room: Volume 1, el de mejor álbum de americana fue a parar a Jason Isbell and the 400 Unit, por The Nashville Sound, el de mejor álbum contemporáneo instrumental se lo llevó Jeff Lorber Fusion, por Prototype, la mejor canción de rock elegida fue Run de Foo Figthers, mientras que el Grammy al mejor álbum de rock se fue a manos de la banda de indie rock de Philadelphia The War on Drugs por su álbum A Deeper Understanding. Y el de la categoría al mejor álbum de comedia se lo llevó Dave Chapelle por The Age Of Spin & Deep In The Heart Of Texas.
El peso reivindicativo de la música
Otro de los momentos especiales de la gala, del espectacular show lo protagonizó la canadiense Alessia Cara, que se llevó el premio a la categoría de nuevo artista, especialmente porque siendo una de las pocas mujeres galardonadas quiso sumarse a la corriente reivindicativa del mundo de las artes escénicas respecto al papel de la mujer y la igualdad de oportunidades, “no solo en la industria de la música”. Janelle Moe con el discurso con el que dio paso a la actuación de Kesha se encargó de sellar el sentido reivindicativo del mismo diciendo: “Venimos en son de paz, pero tampoco vamos a aguantar tonterías. Los que se atreven a intentar silenciarnos, decimos que se acabó” “somos hijas, esposas, madres, hermanas y seres humanos. Se acabó el tiempo para la discriminación. Se acabó el tiempo para el acoso de cualquier tipo. Se acabó el tiempo para el abuso de poder”.
Un diáfano mensaje, la voz femenina de la música, también su mano tendida al mundo en el Madison Square Garden, todo bajo el cielo de una noche marciana en el planeta de la música, la de los gramófonos de Bruno Mars.