El PNV como guante de los grandes partidos, y viceversa
FOTO: EFE

En los últimos meses el Partido Nacionalista Vasco se ha antojado como clave para desbloquear los presupuestos generales del 2017, hecho que le ha valido para mejorar las relaciones con el PP. Además, desde el PSOE, con el que es socio de gobierno tanto en la lehendakaritza, como en las diputaciones y en las tres capitales del País Vasco, intentan cautivar a los nacionalistas con una Reforma Constitucional que aplique el nuevo mantra socialista: el carácter plurinacional del estado español en general, y el País Vasco como nación en particular

El PNV, un “modelo a seguir”

El hecho de que las relaciones entre PNV y PP están en un buen momento es innegable. Entre La Moncloa y Ajuria Enea los contactos son fluidos y constantes, y la manifestación de alegría por parte del ejecutivo español por la actitud de los nacionalistas vascos fue mostrada en público el pasado miércoles, por la vicepresidenta del gobierno, entre otras muchas voces más que aplaudían la estrategia política de los jeltzales. Sáenz de Santamaría, en una visita a la capital vasca, contraponía la situación catalana manifestando que ante los “extremismos” y “fanatismos”, lo que había que hacer era valorar el “diálogo” y los “acuerdos” con el PNV, señalándolos como “modelo a seguir”. Sin duda, al acuerdo al que se refería la miembro del ejecutivo español era al de los Presupuestos Generales del Estado, donde el Partido Popular ha encontrado al PNV como socio, un colaborador clave para la aprobación del acuerdo, ya que de los cinco diputados de los jeltzales dependía la aprobación de los presupuestos del presente año. El acuerdo, que desde el primer día fue “muy bueno” para el portavoz del PNV en el congreso, Aitor Esteban, permite una rebaja de 500 millones del Cupo vasco, además de 3.380 millones para el tren de alta velocidad y un aumento de la plantilla de la policía autonómica, entre otras cosas.

Estas declaraciones y estos acuerdos parecen revelar la buena sintonía entre las dos formaciones, aunque los jeltzales quieran ser cautos. Para ser más exactos, Itxaso Atutxa, presidente del BBB, le quitaba importancia a esas declaraciones de la vicepresidente del ejecutivo español donde diferenciaba las actitudes del gobierno vasco y catalán, declarando que es algo “muy español” diferenciar entre nacionalistas buenos y malos. Pero lo cierto es que tanto en el ámbito estatal como en el ámbito autonómico, en esta última legislatura el vínculo entre los dos partidos ha mejorado. Y es que a pesar de que desde el sector vasco no se fíen de los populares, en la oposición temen un acuerdo PNV, PSE, PP; para ser más precisos, Nagua Alba, la Secretaria General de Podemos Euskadi manifestaba su “temor” a que, tras la aprobación de los presupuestos en el Congreso y en el Parlamento Vasco, el PNV acabase contando con el PP como “muleta” en la legebiltzarra, un escenario que temen, por qué no decirlo, en toda la oposición. Los nacionalistas vascos son cautos, advirtiendo de que el “invierno” está a la vuelta de la esquina, ya que los Presupuestos de 2018 se comenzarán a negociar a la vuelta de las vacaciones de verano y la demanda de los jeltzales por lograr un nuevo estatus político y jurídico parece que será firme, por lo que las concesiones económicas no serán suficientes.

El cambio pasa por el PNV

Desde el PP ya apuntan que los PGE son “presupuestos”, no “competencias”, bien sean en Seguridad Social, bien sean en materia penitenciaria. En este caso, el PNV, al no ver satisfechas sus pretensiones, como si las vio en las negociaciones de los Presupuestos Generales del 2017, podría ver como el PSOE podría ofrecerle algunas competencias que pudieran cambiar el panorama político estatal.

Precisamente socialistas y jeltzales se reunieron hace unos días, donde el PSE-EE y el PNV mostraron su satisfacción tras una reunión mantenida entre Pedro Sánchez, Secretario General de PSOE, Idoia Mendia, Secretaria General del PSE-EE, Andoni Ortuzar, Presidente del EBB e Iñigo Urkullu, lehendakari, por el gobierno en coalición entre socialistas y nacionalistas en el Parlamento Vasco, donde Urkullu tiene como socios al Partido Socialista. Desde ambos bandos aseguran su agrado por la situación económica y política de Euskadi, del que aseguran, es “positivo”.

En aquella reunión se podría decir que Pedro Sánchez le echó el guante a Ortuzar y Urkullu para que apoyasen una reforma constitucional en el que se incluyese la singularidad del País Vasco como “nación dentro de España”, además de “reforzar” el autogobierno vasco sin perjudicar al Concierto Económico. En definitiva, lo que el Secretario General del PSOE le explicó a los jeltzales fue su idea del federalismo, de la que Sánchez está seguro que sabrá “conjugar la diversidad” para así poder detener a los movimientos secesionistas.

La buena sintonía entre ambos grupos se pudo plasmar cuando coincidieron en asuntos como las políticas públicas, la reinserción de los presos de ETA y la apertura de un debate que redefina “el modelo de Estado”. En este sentido precisamente es donde empiezan las discrepancias entre ambos partidos, ya que si los socialistas abogan por el federalismo, desde el PNV afirman que Euskadi tiene “derecho a decidir”, tal y como declaró Joseba Egibar hace unos días. Andoni Ortuzar, presidente del EBB iba más allá, asegurando que Euskadi “es un sujeto no subordinado”, poniéndolo además como condición para ese debate con el PSOE sobre la reforma constitucional que aceptase esa interpretación del jeltzale, además de reconocer el “hecho nacional” vasco.

Se verá en los próximos meses qué papel juega el PNV dentro del panorama político estatal con la negociación de los Presupuestos Generales del 2018 y las conversaciones con la nueva dirección del PSOE, que en su primer contacto tras las primarias en las que ganó Pedro Sánchez parecen haber encontrado puntos de debate en común como la Reforma Constitucional.

VAVEL Logo