“Xmen” es una saga con muchos altibajos. Algunas veces logra películas brillantes, pero otras hacen que el espectador se plantee si las aventuras de estos mutantes deberían haber terminado hace mucho tiempo.
Los anteriores filmes protagonizados por Lobezno contaban con muchos defectos, y su resultado final era un producto aburrido que no hacía justicia a la saga. Sin embargo, con “Logan” pasa todo lo contrario, siendo, probablemente, lo mejor de Xmen que se ha visto jamás.
Una de las cosas por las que el filme de James Mangold funciona es debido a que no parece una cinta de superhéroes convencional. En sus 140 minutos, “Logan” explota un montón de géneros, como el spaghetti western y la acción más absoluta, convirtiéndose en una de las pocas obras de Marvel en la que una amenaza externa que va a acabar con la vida del planeta no es su argumento principal.
El film es un homenaje y una oda al personaje contado desde una perspectiva diferente. Esta vez, los villanos son la propia sociedad y un país que se hunde. Su estética recuerda mucho a la de la aclamada serie de Netflix “Stranger Things”.
El ritmo de la película es frenético. Con un comienzo impactante, la acción va in crescendo y la adrenalina se apodera de su protagonista. “Logan” es diferente a todo lo que se ha visto anteriormente de “Xmen”. Este es su principal punto a favor. Juega a ser más realista con los tiempos modernos y a tratar al espectador como un ser inteligente.
La dureza y violencia de sus escenas hacen de “Logan” un producto aún más atractivo. A diferencia de otros filmes del mismo género, el largometraje protagonizado por Hugh Jackman es exclusivo para adultos y se aleja de los clichés que Marvel siempre explota. Esta vez, el humor y los tópicos quedan relegados a un segundo plano, mientras que su potente guión adquiere todo el protagonismo.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Su novedad y frescura.
Lo peor: Se podría haber conseguido el mismo producto con 20 minutos menos.