Han pasado nueve años desde que Denzel Washington no dirige una película. Su última aventura tras las cámaras fue en 2007 con “The Great Debaters”. Al igual que en este film; “Fences” es un drama biográfico basado en la obra de August Wilson, que es el encargado de firmar su guión.
La materia prima con la que cuenta “Fences” es muy poderosa, y Denzel Washington consigue adornar muy bien los pocos elementos que intervienen en esta historia. Cada detalle y cada escena está pensada rigurosamente con el propósito de impactar al espectador. Las frases pronunciadas por Washington son puro arte y emoción, logrando deleitar al público.
En muchas ocasiones, da la impresión de que el guión de la cinta no ha sido adaptado correctamente para el cine, puesto que sus largos y excesivos monólogos son más propios de una obra de teatro.
“Fences” es un producto hecho para el lucimiento de sus dos actores. Denzel Washington está magnífico en uno de los mejores papeles de su carrera, pero Viola Davis está extraordinaria. Su emoción y sus constantes cambios de registro la convierten en una de las mejores actrices del siglo XXI.
"Fences" descuida las relaciones entre los personajes haciendo que la mayoría de escenas sean un monólogo con complicaciones para conectar todas sus piezas. La película está cargada de una rabia y una furia que le resta agilidad y que acaba convirtiéndose en un producto difícil de seguir para el espectador convencional.
“Fences” cuenta con una buena historia, pero acaba siendo un largometraje del montón en el que se demuestra que su narración es perfecta para el teatro, pero algo cargante para el cine. Al ser un film de diálogos, lo mejor es verlo en versión original y alucinar con la entrega de sus protagonistas.
Valoración: 3/5
Lo mejor: Denzel Washington y Viola Davis se salen de la pantalla
Lo peor: Que dé la sensación de que su libreto para el cine ha sido el mismo que el que se utiliza para teatro.