En la 89º edición de los premios de la Academia la diversidad aspira a hacerse con el control del Dolby Theatre de los Ángeles. El golpe de estado cinematográfico puede estar encabezado por Barry Jenkins, Trevante Rhodes, Naomie Harris y Mahershala Ali. La revolución negra ha llegado a Hollywood y clama venganza por los años de olvido y menosprecio. Vienen de los suburbios, trafican con drogas y además son homosexuales pero que no cunda el pánico, el KKK no aparecerá en plena gala porque su revolución es puramente cinematográfica y no correrá sangre, solo celuloide.
La película del director Barry Jenkins trata la historia de un chico llamado Chiron pasando por distintas fases de su vida: niñez, juventud y edad adulta. A lo largo de su existencia pasa por maltratos de todo tipo ya sea en forma de maltrato de instituto, maltrato de su madre o en general por las durezas de la vida para un homosexual negro en América. Como mentor, el chico tendrá a Mahershala Ali, un capo de los suburbios de Miami que lo protegerá y guiará. El difícil ambiente propio de su majestad The Wire, más el descubrimiento sexual dan vida a una película que debería haberse estrenado 10 años antes por su necesidad imperiosa.
Moonlight es un verdadero puñetazo en la cara del blanco, heterosexual y rico sueño americano. Muestra la crudeza de las clases subsidiarias en toda su belleza marginal. La sutilidad y bellezas de las imágenes muestran al espectador medio un mundo que siempre ha estado ahí pero que pocas veces le han contado o que simplemente no ha querido ver. Un mazazo lírico, bello en su sentido más puro del término, donde las situaciones ocurren con frescura y sin excesivo enroscamiento. Todo ocurre como siempre ha ocurrido, pero nunca se ha filmado.
Por todo ello Moonlight no ganará el Oscar a la mejor película, quizás sea demasiado para una Academia anquilosada en los mismos relatos de siempre ahora más brillantes, coloristas y bailones. Lo único que podrá arañar la cinta será el Oscar para un inconmensurable Mahershala Ali y con suerte para su director, aunque parece que Chazelle tiene bien atada la estatuilla.
Con 8 nominaciones Moonlight cederá su sitio a la que por seguro será la verdadera estrella de la noche: La La Land. Los negros resplandecientes a la luz de la luna tendrán que esperar.