Si hay una película en esta 89ª edición de Los Oscar que tenga el papel de favorita en la gran mayoría de premios a los que aspira esa es La La Land. La película del cineasta Damien Chazelle ha arrasado en todos los países en los que ha sido estrenada y ya abarcó recientemente el récord de Globos de Oro hasta la fecha arrasando en todas sus candidaturas.
Y es que esta cinta que narra la historia entre Mia, una camarera que sueña con ser actriz y, Sebastian, un pianista que lucha por ganarse la vida ofreciendo su música, se acerca a los 300 millones en recaudación mundial y tiene posibilidades de hacerse con un total de 14 premios Oscar.
Análisis de 'La La Land'
Se puede analizar cada uno de los apartados técnicos del largometraje para desmenuzar por qué La La Land debería ganar el Oscar a Mejor Película.
La primera característica, que hace que este filme sea muy del agrado de los académicos estadounidenses, es el homenaje que hace a muchos de los musicales clásicos de Hollywood. Y es que La La Land toma referencias de películas históricas como Cantando bajo la lluvia, Grease o Shall we dance para afrontar cada uno de los números musicales de los que está compuesta esta producción.
Se nota que Damian Chazelle es un apasionado de todo lo relacionado con la música y su cine tiene mucho que ver con ello. Con Wiplash ya consiguió hacerse con tres Oscar y ahora con La La Land pulverizará esa cifra.
La virtuosidad con la que el equipo de la película ha rodado cada toma ,principalmente las escenas musicales en planos secuencia, hace que indudablemente la película tenga que ser premiada por tal despliegue de talento y medios. Sus movimientos de cámara recuerdan mucho al cine del alemán Max Ophuls.
El apartado actoral no cabe duda de que es uno de los puntos estrella de la película. Tanto Emma Stone como Ryan Gosling cumplen con creces con su acometido y han logrado que una cinta tan sustentada en las interpretaciones de su elenco brille con luz propia.
Su montaje tampoco es algo que pueda pasar desapercibido en el conjunto final. La trama está perfectamente hilvanada gracias a una sucesión espacio-temporal desencadenada con gran ritmo gracias a un laborioso trabajo en la sala de postproducción. Pero si hay una parte del montaje de La La Land que destaque sobre el resto es el tercio final del filme. Aquí la edición se imanta con el guion para cerrar la producción con una factura exquisita.
Como exquisita es su dirección de fotografía llevada a cabo por Linus Sandgren. El uso del color y la forma panorámica de las tomas dan sello propio a la película de Chazelle. Este director de fotografía ha trabajado en películas de renombre como Joly, Todos sus trabajos, independientemente de si están hechos para cine o televisión, tienen incrustada la personalidad de Sandgren y para prueba este anuncio que realizó el sueco para la marca VOLVO.
Y es el guion precisamente uno de los aspectos más criticables para muchos. La historia puede parecer básica y simplista, pero La La Land es una película que todo el mundo debería ver mirando más allá de la superficialidad de la historia. Hay un inmenso trasfondo en el que pensar al salir de la sala a raíz de la aparentemente común historia de amor entre Mia y Sebastian.