Maravilloso thriller de Daniel Monzón. Del primer minuto al último, el guión mantiene al espectador en tensión e intrigado por lo que va a suceder. Guiados en la trama por Luis Tosar y Alberto Ammann, la película se deja hacer fácilmente para el espectador. Con excepción de un par de escenas, no aptas para los más aprensivos.
La película empieza con uno de los detonantes de la historia: la muerte de Morao. Esta muerte, la cual se induce el preso, da inicio a la película presagiando el tono de dureza de la cinta. A continuación entra Alberto Ammann en acción dando vida a Juan Oliver, un joven funcionario de prisiones que acude a su futuro trabajo para conocer a sus compañeros e instalaciones. Un accidente fortuito y un motín en la cárcel dejan a Juan preso de su propia condición, inconsciente en una celda. Cuando los presos le encuentran, Juan inmediatamente se hace pasar por preso para salvar su vida. Sin embargo, no puede ser un preso más e interesado también por la otra parte, Juan crea un curioso vinculo de apoyo con Malamadre (Luis Tosar); el líder del motín.
Los acontecimientos se van sucediendo entre palizas, muerte, sangre y chivatazos. Alternando con escenas del pasado de Juan con su mujer (embarazada) y los carceleros. Contando con algunas pequeñas escenas de Almansa declarando ante un tribunal (presente), lo que convierte al resto de la película en un flashback. Continuando con la trama, Oliver se ve obligado a matar al carcelero Utrilla cuando este, a punto de morir, revela que Juan en realidad es un funcionario. Oliver, lleno de odio por acabar de conocer la muerte de su mujer, le raja el cuello a Utrilla sin miramientos, alejando también las dudas que hubieran podido atraer sus palabras sobre él.
Sin embargo, el guión trae aquí otro giro para los protagonistas. El negociador del gobierno, en un movimiento algo surrealista confiesa a Malamadre que Juan es quien Utrilla contaba. No obstante para entonces, el joven funcionario se ha hecho ya con el respeto de los amotinados y la amistad de Malamadre. Teniendo que enfrentarse ahora a la ira de algunos presos y la carga de los GEOS sobre la prisión.
En este caso resulta curioso que esta no es una película con final feliz o un clímax muy sorprendente. Sin embargo se podría decir que parte del éxito de la película, reside en que el alto nivel de interés que suscita en el espectador durante gran parte de ella. Alargando de manera magistral el clímax del film y sentenciando la resolución de la película en apenas cinco minutos. La interpretación de los actores también es esencial en Celda 211: Marta Etura, Antonio Resines, Carlos Bardem, Manuel Morón, Manolo Soto, Vicente Romero… Una larga lista de talentos en su mayoría españoles, capitaneados por Luis Tosar y Alberto Ammann, que en ocasiones incluso eclipsa al cabecilla Malamadre.
La banda sonora, cómo se adelantaba en Cine de largo, sumado a la fotografía y arte de la película, dan el tono de crudeza que se espera de una película del estilo, funcionando realmente bien en pantalla. Celda 211 entre otros premios, recibió doce nominaciones en los premios Goya, ganando ocho de ellos, entre los que estaban: mejor película, mejor director, mejor actor protagonista a Luis Tosar, mejor actriz de reparto a Marta Etura, mejor actor revelación a Alberto Ammann, mejor guión adaptado, mejor montaje y mejor sonido.
La película empieza y acaba en el mismo espacio: la celda 211 de la prisión. En este caso y para concluir la historia, se ve como Juan dejó escrito en la pared de la celda: "Aquí murió calzones". Siguiente el ejemplo del anterior morador de la 211 y haciendo un claro guiño a una de las grandes películas del género: Cadena perpetua. En la que el viejo Brooks escribía antes de suicidarse: "Brooks was here".
Durante el martes 15 de Febrero estará disponible en la cuenta de twitter @Cine_VAVEL la encuesta para elegir la película a tratar en la próxima edición de Cine de largo. Entre las opciones a votar Tesis, Sleepy Hollow, El sargento de hierro y El show de Truman.