Con seis nominaciones a los Oscar, “Manchester Frente al Mar” es una de las candidatas a llevarse la estatuilla que la corone como el mejor largometraje del 2016. Para entender el último trabajo protagonizado por Casey Affleck, hay que hacerse a la idea de que estamos ante un drama poco convencional y que puede no gustar a todo el mundo.
Los primeros minutos del filme son confusos, el espectador no entiende cuál es el origen de los hechos que se están produciendo, pudiendo llegar a aburrir en algunos momentos. Sin embargo, una escena de la cinta cambia todo su transcurso y transforma a “Manchester Frente al Mar” en un drama humano y bastante duro.
Lo más destacable de la película es el impecable trabajo de Casey Affleck. Con multitud de cambios de registro, demuestra ser un actor de lo más versátil y uno de los mejores del momento (quizá su hermano Ben deba aprender un poco de él). Se establecen conexiones en todo momento con los protagonistas de la película, aunque quizá no todas las que se deberían. Hay escenas demasiado largas, que le aportan poco ritmo al largometraje y las frases de Lucas Hedges sacan un poco de contexto puesto que intentan aportar comedia cuando no hay lugar para ella, consiguiendo que el espectador se quede frío en muchos momentos.
“Manchester Frente al Mar” es un film de relaciones, pero no nos permite que empaticemos con sus personajes y que conozcamos su verdadera historia. La relación entre Michelle Williams y Casey Affleck no acaba de quedar clara, dejando algunos cabos sueltos de cara a su final.
Al último trabajo de Kenneth Lonergan tras las cámaras le falta algo más de acción en su conjunto y provoca que el espectador se quede con la extraña sensación de si no se podría haber contado lo mismo con 40 minutos menos de metraje.
Valoración: 3/5
Lo mejor: La brutal interpretación de Casey Affleck.
Lo peor: Algunas escenas sacadas de contexto y la sensación de que se podría haber contado y transmitido lo mismo en mucho menos tiempo.