Si por algo ha destacado el concierto de fin de gira de Izal en Valencia ha sido por la emoción, intensidad y sentimientos a flor de piel. Todo ello emanaba desde el escenario a un Pabellón de la Fuente de San Luis llenó con 6.500 personas. Era una noche tan mágica como esperada. Las expectativas estaban por las nubes tras agotarse todas las entradas. Pero Izal supo meterse al público desde la primera canción, “Despedida”, hasta las casi dos horas seguidas de un concierto cargado de fuerza, rock and roll y una puesta en escena muy cuidada. La banda madrileña ha conseguido instaurarse como referente en el panorama nacional sin que la crítica y público sepan etiquetarlos. No se conoce si es un grupo “indie” al uso, pop, rock o con influencias anglosajonas. Quizá sea esa mezcla de referencias lo que les ha hecho especiales. Al igual que una personalidad como nunca antes se había visto en un grupo. Esto les ha podido llevar a la consagración a través de romper todos los moldes para hacerse un hueco en base a ser ellos mismos.
En cuanto al concierto, no revelaremos un Setlist muy acertado para la ocasión. Uno de los secretos mejor guardado merece su factor sorpresa en las próximas seis ciudades del fin de gira. El público se entusiasmó con cada una de las canciones que el grupo interpretó. Incluida “Ruidoblanco”, el nuevo tema de Izal de cara al próximo disco, y que mantiene la esencia de lo visto en el grupo hasta ahora. Sobre el escenario se podía apreciar los cinco integrantes -Mikel, Gato, Alberto, Iván Mella y el valenciano Alejandro Jordá- mejor relacionados que nunca. Se nota que han preparado cada detalle de la gira de despedida y disfrutan como niños con todos los temas. La complicidad del grupo existe en todo momento pero, como ya han relevado en varias entrevistas, la canción con la que más locura desprenden es “Agujeros de gusano” con un ambiente y sintonía especial. Así, Mikel no tardó en hacer cómplice a los espectadores con la conocida expresión valenciana "Mel de romer" que significa que algo es verdaderamente bueno y que utilizó en varias ocasiones para llevarse los aplausos del pabellón.
El público emociona a Izal
Los sentimientos no solo brotaban entre el público. Evidentemente, los ocho conciertos de la gira son especiales para la banda por todo aquella que significan. Sin embargo, el momento de mayor carga sentimental se vivió de forma inesperada. En uno de los bises del concierto en los que el grupo se retira del escenario para volver con más canciones, el público empezó a cantar “Copacabana” al unísono y perfectamente entonado. Los cinco integrantes del grupo no dieron crédito a aquella situación y se abrazaron. Izal salió con las pilas cargadas tras lo vivido, y no pudieron ocultarlo. Estaban emocionados y viviendo uno de los momentos más especiales de su trayectoria. Así, las canciones encargadas de cerrar el concierto retumbaron en el Pabellón de la Fuente de San Luis. La culminación de una banda que ha crecido en estos últimos años a un ritmo arrollador. Por eso, Mikel tuvo palabras sobre esto. No quería olvidarse de la salas República y Wah Wah que tanto les costaba llenar en sus inicios. Quizá esta también sea una de la razones por la que Izal ha obtenido tanto éxito. Han sabido trabajar desde la humildad y ahora, en plena vorágine de éxito, se acuerdan siempre de sus orígenes, gente que le vio crecer y que les seguirá viendo triunfar. Más pronto que tarde volverán con más canciones pero ahora es necesario un hasta luego porque “la vida es continua despedida. Solo así podemos saludar a lo que vendrá”.