Por los que sueñan, por insensatos que parezcan. Por los corazones que se rompen, por los desastres que hacemos. Porque el cine es capaz de levantar cualquier sentimiento. El séptimo arte convertido en un telescopio a través del que observar todo un firmamento de emociones que erizan la piel. Secuencias fugaces que se deslizan con pausa por las retinas hasta incrustarse en lo más profundo del recuerdo.
Por cada nota musical que se adentra por el canal auditivo para conectar con el visual y desprender, por el interior del alma, la siempre extraña pero agradable pócima de sentirse identificados con historias que distan muchos kilómetros de la nuestra, pero que se hace propia con cada mirada, cada palabra, cada cruce de dedos y de metáforas.
Porque al final la vida, como el cine, no es más que una mera sucesión de secuencias procedentes de un guion escrito por el destino. Casualidades y decisiones tomadas en décimas de segundo, consciente o inconscientemente, que pueden definir el rumbo de todo un futuro, o incluso de más de uno. La unión de dos trayectorias que parecían paralelas y que como fruto de un Big Bang chocan para decidir si quieren seguir juntas el resto de sus días.
Todo el mundo lleva dentro un Sebastian y una Mia. La persecución de los sueños, de la estrella que más brilla en el firmamento de nuestros deseos. Porque todo esto es La la Land. Chazelle lleva la batuta de una sinfonía interpretativa que hace conectar al espectador con los sueños, la ambición, las sombras del éxito y las luces del amor idílico, ese que poco se aproxima a lo ideal.
Tantos sueños como estrellas y tantas estrellas como soñadores
Ese "Quiero y no puedo, pero sigo hasta el final porque crees en poder conseguirlo" que toda persona ha vivido alguna vez... y las que le queden por vivir. Porque a veces, el cine moderno sueña con tener alma de clásico y hoy ya hay un clásico más en la historia y porque hay tantos sueños como estrellas y tantas estrellas como soñadores.
Por todo esto y más. Sueñen, atrévanse, no duden en luchar por lo que les hace felices, cueste lo que cueste, tarde lo que tarde y luego despierten. Solo permanecerá con ustedes aquello que el deseo hace real. Y visitar durante algo más de dos horas La ciudad de las estrellas tras las siluetas de los personajes interpretados por Ryan Gosling y Emma Stone es más que apetecible.
Porque sí, porque lo quieras o no te has adentrado en el mejor musical romántico de los últimos tiempos y esa risa tonta que tienes desde el primer minuto mirando la pantalla no te la va a quitar nadie. Porque tengas o no al lado a tu Mia o tu Sebastian, a partir de hoy quieres ser ese pianista que lucha por cumplir sus sueños, o esa actriz que sigue su camino a pesar de mil tropiezos.
Porque, ¿qué sería la vida sin sueños difíciles de perseguir?