Vista Pulp Fiction, se habían hecho unas expectativas que quizás la película, no haya cubierto (no es el caso). Se esperaban diálogos trepidantes, flashbacks, tacos, violencia, toques de humor negro, ironía… Una mezcla de suspense, cine policiaco, de gánsters y drama. Todo bajo el curioso uso del reparto coral. Se ha visto una película casi dividida en capítulos independientes, pero todos ellos unidos por algún nexo en común, dando coherencia y sentido al film, alcanzando finalmente el clímax conjunto de la cinta.
Por un lado, la escena inicial de la película comienza con una pareja desayunando, que justo al sacar sus revólveres es cortada por los títulos de créditos. Créditos que aparte, comienzan con la mítica canción ‘Misirlou’ de Dick Dale. Poniendo un altísimo nivel a lo que será la banda sonora de Pulp Fiction. El segundo pedazo del puzle lo componen Vincent y Jules, en su búsqueda por un misterioso maletín. Y de la misma manera que Quentin deja al espectador sin saber que va a ocurrir en la primera escena, en esta segunda, Jules y Vicent dejan la puerta abierta a un nuevo conflicto, cuando dejan con vida a un joven de los tres contra los que se enfrentan.
En la cuarta escena del film se cuenta como Vicent debe sacar a la esposa de Marsellus a cenar. Pese a la casi muerte de esta, la escena se resuelve bien. No obstante, habiendo creado un nuevo vínculo dentro de los personajes y escenas, y dando otra muestra magistral de la banda sonora de esta película, en una de las escenas de baile más famosas del cine. En otra de las piezas de la película aparece Bruce Willis dando vida a un boxeador, que junto con Marsellus amaña su próximo combate. Sin embargo y muy lejos del trato, mata al otro boxeador en combate y huye del lugar. Al volver a su apartamento mata a Vicent en un movimiento muy absurdo del gánster, ya que le encuentra saliendo del baño y le mata con su propia pistola. Por si fuera poca casualidad eliminar a uno de los personajes protagonistas, en un nuevo giro de guión, Butch se encuentra con Marsellus y lejos de intentar eliminarse mutuamente. Giro dentro de giro, ambos son secuestrados por dos sádicos, gracias a los que tras salvarse del secuestro, salvan sus diferencias.
No obstante quedaban varios frentes abiertos. El tercer joven al que salvaron la vida y la pareja de la cafetería. Ambas escenas relatadas mediantes flashbacks y unidas como no, con la trama común de manera magistral y sorprendente. Pero aún queda el misterioso maletín. Pese a no tener una carga de peso argumental excesivo, va apareciendo a lo largo de toda la película y si es cierto que la misión de Jules y Vicent es recuperarlo. Sin embargo nunca se llega a saber que contiene el maletín. Este elemento usado en la película se llama Macguffin. Consiste en un elemento de suspense que hace a los personajes avanzar en la trama, pero sin tener mayor relevancia con esta.
Todos los elementos usados durante la película empiezan a marcar el porvenir y estilo propio de Quentin Tarantino, que vuelve a consagrarse como un prometedor director con esta película. En ella, Tarantino introduce en uno de los muchos flashbacks de la película, un rótulo para explicar ese transcurso de tiempo, sin embargo se trata de la escena que menos lo merece o necesita. Y es que Tarantino a veces se comporta así; es cuestión de ver su cine. En Los odiosos ocho, transcurrida la mitad de la película, introduce un narrador. Y en Malditos Bastardos, película ambientada en la segunda guerra mundial, lejos de guardar el luto esperado por narrar dichos hechos, Tarantino presenta a cada uno de sus protagonistas con una cabecera digna de astros del futbol o la música. Algo que solo puede hacer él.
Durante el día de hoy estará disponible en la cuenta de twitter @Cine_VAVEL. La encuesta para elegir la película a tratar en la próxima edición de Cine de largo. Entre las opciones a votar Trainspotting, Los 400 golpes, Fargo y Sin City.