Nos gusta que el cine que nos haga sentir. Da igual si se trata de una buena comedia que nos hace llorar de risa, un drama que nos ponga los sentimientos a flor de piel, una película de terror que nos estremezca, o un buen thriller, que nos mantiene en tensión de principio a fin. Cuando vemos una película, queremos que esta nos atrape y, en este sentido, los thrillers de este año no decepcionan.
'Que Dios nos perdone' (Rodrigo Sorogoyen)
Sorogoyen vuelve a ponerse detrás de las cámaras, esta vez con la lección muy bien aprendida. Corrige los pequeños defectos de 'Stockholm' (su anterior y estupendo film) para desarrollar el que sin duda ha sido el thriller del año y, por ende, una de las mejores películas españolas (si no la mejor) de las que hemos podido disfrutar durante este 2016. La sucia atmósfera que rodea Madrid durante el caluroso verano del 11-M y de las Jornadas Mundiales de la Juventud, sirven al director como contexto en el que desarrollar una historia policiaca con tintes de Seven, en la que dos policías (Roberto Álamo y Antonio de la Torre) atormentados por sus propios demonios deberán atrapar a un asesino en serie sin perturbar a la opinión pública.
'Tarde para la ira' (Raúl Arévalo)
Otro film español que se sitúa en lo más alto de lo que el cine patrio nos ha ofrecido este año, es la ópera prima de Raúl Arévalo. El conocido actor debuta con esta historia detrás de las cámaras perfilándose como un firme candidato para hacerse con el Goya en su categoría de dirección novel. Arévalo firma una historia dura, de cocción lenta, pero que no aburre lo más mínimo. El dúo formado por Antonio de la Torre y Luis Callejo funciona como un reloj suizo, conformando un duelo interpretativo de alto nivel. Pese a que Luis Callejo borda su papel (ya era hora de verle en un papel principal de esta categoría), sorprende un Antonio de la Torre que, pese a cargar sobre sus hombros con un personaje con características que podrían asemejarle a su personaje en 'Que Dios nos perdone'; construye dos personajes totalmente distintos, llenos de matices y ofreciendo en ambos films una master-class de interpretación que asusta.
'No respires' (Fede Álvarez)
A pesar de ser una película de Hollywood, la marca hispana sigue presente en este film. El director Fede Álvarez vuelve a hacer dupla con su compatriota, el guionista uruguayo Rodo Sayagues, y con el músico español Roque Baños, con los que ya trabajó en el remake de 'Posesión Infernal (Evil Dead)'. De aquella destacaba su puesta en escena y poco más. Sin embargo, aquí encontramos una historia muy bien hilvanada que da la vuelta a la historia mil veces vista del asalto a una casa, para convertirla en un relato del cazador-cazado, sumergiendo al espectador y atrapándolo en la misma casa que a los desconocidos Jane Levy y Dylan Minnette. Nunca volveremos a ver a Stephen Lang de la misma manera.
Otra producción española que destacó a comienzos de año fue 'Cien años de perdón' (Daniel Calparsoro), cuyo principal valor radicaba en el añadido de tintes políticos y sociales a la clásica historia de atracos. También 'El hombre de las mil caras' ha hecho que Alberto Rodríguez volviese a brillar después de la maginífica 'La isla mínima'. Si bien es cierto que no ha convencido al público o a la crítica de manera unánime como si hizo su anterior trabajo.
A pesar de los excelentes thrillers de los que hemos podido disfrutar aquí, no se puede decir lo mismo de los que venían del otro lado del charco. Con la salvedad de 'Nocturnal Animals' (Tom Ford) y de '10 Cloverfield Lane' (Dan Trachtenberg), el resto del cine de género que nos ha llegado de Estados Unidos no ha estado a la altura, como es el caso de 'El contable' (Gavin O'Connor); o, como le ha pasado a Robert Zemeckis, han supuesto una decepción ('Aliados').
Supone un orgullo que el cine de género haya dado tantas alegrías al talento patrio. Esperemos que 2017 sea también un gran año para el cine de suspense y podamos disfrutar de buenas películas tanto nacionales como extranjeras.
