Después de divertirnos con Presto (2008), uno de los mejores cortometrajes de animación de los últimos tiempos, Doug Sweetland, junto a Nicholas Stoller, nos presenta una original historia en la que juega con el mito de los bebés y las cigüeñas. El film tiene todos los elementos para triunfar: un guion disparatado pero con grandes dotes de humor, y unos protagonistas con mucho carisma.
El principal problema de “Cigüeñas” es querer explorar caminos que la animación ya ha recorrido anteriormente. Todos los elementos de la cinta están cargados de clichés y con momentos que ya hemos visto en otras ocasiones. Su trama es muy previsible y da la impresión de que se podría haber sacado mucho más jugo a la historia.
La película es una oda desmesurada a la paternidad y a la maternidad, que llega a ser repetitivo y agotador. Además, Stoller y Sweetland introducen a algunos personajes sin carisma, como el de los lobos o el de Nate, aunque lo compensa con otros muy brillantes y adorables, como los bebés o los pingüinos, quienes aportan la escena más brillante del metraje.
A pesar de sus fallos, “Cigüeñas” es una gran obra en cuanto a nivel visual y técnico se refiere, y que no tiene nada que envidiar a compañías como Sony Pictures Animation o Blue Sky. Su guion, a pesar de ser pobre en contenido, es muy divertido, con secuencias brillantes y que, aunque no pasarán a la historia de la animación, te harán pasar una buena hora y media en el cine y que reafirma a Nicholas Stoller como un gran autor de la nueva comedia estadounidense.
El largometraje es una especie de road movie que habla sobre la necesidad de formar parte de una familia, aunque deteniéndose demasiado en las partes que van dedicadas al niño y a sus padres. Hay que tener en cuenta que estamos ante un producto que se ha diseñado específicamente para el público infantil, y que no llamará demasiado la atención a los mayores de 10 años.
En su conjunto final, “Cigüeñas” es bastante entretenida, pero se echa de menos más riesgo por parte de los directores y que no busque dirigirse a un público adulto ansioso por encontrar una animación inteligente al estilo Pixar.
Valoración: 3/5
Lo mejor: sus partes cómicas y su buena animación.
Lo peor: no busca satisfacer al público adulto.
