Amaral está finalizando su gira “Nocturnal” por las ciudades de nuestra geografía. Tan solo le quedan dos fechas en España, Granada y Vitoria, para posteriormente poner rumbo a Sudamérica y presentar allí su último trabajo. Una de las características más especiales de esta gira ha sido los Showcases exclusivos que han ofrecido gracias a Europa FM. Estos conciertos acústicos se celebraban en un rincón más reservado de aquellas localidades en las que actuaba dentro de la gira. En Alicante, donde el concierto estaba concertado para el 22 julio Marmarela, se vio emplazado por problemas con la propia sala que quiso optimizar económicamente la visita de la banda a través de la venta de entradas.

Este Showcase exclusivo, lejos de caer en el olvido, quedó aplazado para el 16 de septiembre en la Sala Stereo de Alicante. Por casualidades de la vida, sería el encargado de cerrar la gira de conciertos acústicos de Amaral. Nosotros tuvimos la gran fortuna de asistir y disfrutar de una cita tan selecta que solo podían acceder las primeras personas que compraron su entrada para el concierto de la Plaza de Toros y posteriormente solicitaron su pase en la web de Europa FM.

El concierto comenzaba a las nueve y media de la noche. La puntualidad nunca ha sido mi fuerte, ni mucho menos. Aunque para esta ocasión tan solo me demoré un par de minutos minutos en llegar a la Sala Stereo. Tiempo suficiente para que al girar la esquina y estar en la puerta trasera del local pudiera ver un grupo de personas con cierto nerviosismo y mucha concentración. Para mi sorpresa eran Eva Amaral y Juan Aguirre, con sus ayudentes que les guiaban con linternas, que estaban a unos instantes de subir al escenario. De no haber sido por la gorra de Juan y la tan característica vestimenta de Eva, no les hubiera logrado diferenciar. La tranquilidad les reinaban a instantes de saltar al escenario. Parecían dos personas más, normales, que charlaban sin ningún tipo de tensión y que se iban a tomar una copa en un pub de Alicante.

La tranquilidad les reinaba a instantes de saltar al escenario

Sin embargo, Eva y Juan salieron a la Sala Stereo unos minutos después para ser recibidos como lo que son, unos auténticos artistas de la música rock en nuestro país. Esa es la primera imagen que recibo cuando entro al local. Alrededor de cien personas, todos ellos que son fan incondicionales del grupo zaragozano. La primera que canción que suena, recibida en el público como si fuera la última de la noche, es “Hacia lo salvaje”. He de decir que había escuchado infinidad de veces este tema, siempre me gustó y me generó simpatía. Sin embargo, cuando sonó en la Sala Stereo, la canción cambió completamente. Su sonido era mucho más directo. La voz de Eva consiguió penetrar mucho más en nuestra personalidad para transmitir así el mensaje de correr libremente, de no tener un camino ya asignado y poder descubrir todo aquello que se encuentra en lo salvaje.

El listón se puso alto con la primera canción pero el dúo zaragozano, con sus más de veinte años sobre los escenarios, supo mantener el nivel. En este concierto acústico aprovechan para tocar aquellos temas que quizá tendría menos cabida en uno multitudinario. Canciones imborrables, marcadas en la impronta de Amaral, suenan en la noche alicantina. Desde “Esta madrugada” hasta “Rosita”, pasando por la actualizada en los últimos conciertos, “Siento que te extraño” hacen las delicias del público que se conocen cada frase al dedillo.

Es el momento de Juan Aguirre

Lo que de verdad llama la atención en este concierto acústico es ver como Juan Aguirre está viviendo la noche. El guitarrista tiene una gran sonrisa en su cara, los ojos iluminados y una sintonía total con Eva. No es para menos porque en este tipo de Showcases Juan Aguirre adquiere un protagonismo incluso mayor que el de la vocalista y compositora. Todas las canciones se basan en su guitarra, en el ritmo que consigue implantar y en los acordes que suenan entre el silencio de un público que le mira atento, sin perder detalle. Por eso, son constantes los momentos en que decide arrancarse, por cuenta personal, a alargar ciertos temas que le generan un mayor sentimiento personal. Eva Amaral lo sabe, lo nota y se da cuenta de todo esto. Así que decide darle rienda suelta para que así, los dos, unidos en sus virtudes, saquen lo mejor de sí.

La voz de Eva suena sin filtros, lo hace al natural

Mientras que Eva no se queda atrás. En este tipo de conciertos también disfruta sobre el escenario. En la sala consigue tener al público más cerca y mirarlos a los ojos mientras canta que el verano se está acabando en el septiembre alicantino. Amaral también tiene momentos para lucirse y mostrar una voz tan bonita y fina como característica. Temas como el “Hoy es el principio del final” o “Revolución” son moldeados a su preferencia y llevando ella el ritmo que más le conviene. Además, en las subidas de voz sabe alejarse el micrófono para que los asistentes queden prendados de su melodía, sin filtros ni graves, simplemente al natural.

La personalidad por bandera

La Sala Stereo está siendo testigo de unos conciertos más personales que se pueden registrar. El público, está contado a cuenta gotas y es muy selecto. Las poco más de cien personas que se han dado cita allí se conocen todas las canciones y prácticamente toda el recorrido de la banda. Eva y Juan, sabedores de ello, deciden corresponder la entrega de amor sincero y devoción a su música, con un concierto que difícilmente podrán olvidar. Las canciones toman otra esfera y no tienen ninguna relación con las que se pueden escuchar en un disco o concierto en la Plaza de Toros. No son ni mejores ni peores. Tan solo diferentes.

“Hoy es el principio del final” deja a un lado el ritmo eléctrico y se convierte en una fina carta de Amaral, que con sus bajadas y subidas de voz, consigue transmitir de una manera directa. La banda tenía difícil superar el concierto del pasado 23 de julio, en el que se dio cita todo un espectáculo de ritmo, guitarras y percusión, bajo un sonido nítido, limpio y digno de una magnífica producción que hacía disfrutar del rock al más puro estilo Rolling Stones. Sin embargo, el grupo maño sabe a adaptarse a todos los formatos, como los grandes artistas, y es capaz de desnudar las canciones para que sean interpretadas únicamente con una voz y guitarra. Una vez finalizado el concierto, el local se vacía progresivamente y el público sale con una sonrisa desmesurada, consciente de que lo vivido allí se recordará durante el resto de sus días. No es necesario hacer más comentarios. Como bien diría Jaime Urrutia: "Simplemente, Amaral".