Manuel Carrasco ha dejado huella en Alicante. El onubense consiguió tocar la fibra sensible de los más de 6.000 alicantinos que se dieron cita en la Plaza de Toros. El artista de moda en este verano presentó su último trabajo “Bailar el Viento”, en la que es una de las giras más potentes del panorama musical actual, y también cantó todos los éxitos más que conocidos por el público. Sin embargo, Manuel Carrasco no triunfó solo por esto. Lo que de verdad marcó la diferencia en el concierto fue la complicidad que llegó a crear con las personas que estaban allí presentes. Una infinidad de guiños a la ciudad y una bulería nombrando los lugares emblemáticos de Alicante hicieron que la relación entre público y artista fuera más allá, que transmitiera más de lo esperado y que se creara una noche mágica, única y que ha pasado a la historia como la del concierto más emotivo que se recuerda.
Puntual a su cita, Manuel Carrasco se presentó ante los más de 6.000 personas que se acercaron hasta la Plaza de Toros. Una vez allí, el espectáculo musical no tardó en aparecer. El último disco del onubense es todo un éxito y se notó entre los asistentes. En tan solo unos meses ha conseguido tres discos de platino y todas las canciones ya son conocidas, casi un himno, para los numerosos seguidores del artista. Y no es para menos, ya que ha estado producido en Nueva York, en el estudio Electric Lady, aquel que fundó Jimmy Hendrix con Michael Bauer, y también ha estado grabado en España de la mano del reconocido Pablo Cebrián.
Sin embargo, en las dos horas de música también había espacio para canciones que han acompañado al artista en sus años de carrera, desde que un día saliera de la academia de Operación Triunfo para comerse el mundo y acabar siendo en la actualidad uno de los artistas más aclamados. Temas como “Que nadie”, “Sígueme” y “”No dejes de soñar”, entre otros, hicieron las delicias entre los asistentes. Aunque el momento más emotivo de la noche fue cuando Manuel Carrasco se arrancó por bulerías. El artista hizo un guiño a la ciudad que no se podrá olvidar. En un improvisado tablao flamenco comenzó a cantar una canción que había compuesto de camino a la ciudad, en los días anteriores. En este tema se aludían lugares reconocidos como El Mercado Central, la Playa del Postiguet, la Fuente de Canalejas. O como no, la horchata en el Kiosko Peret en plena Explanada o el trago de mistela en la Romería de la Santa Faz.