Todos los medios de comunicación y redes sociales están siendo colmados estos últimos días por los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Las diversas modalidades deportivas no paran de dar titulares de todo tipo: sorprendentes victorias, inesperadas derrotas, nuevos records… Sin embargo, ahora desde Cine VAVEL proponemos una noticia también sobre las Olimpiadas pero sobre cine.
Dejando a un lado las elucubraciones sobre posibles deportes olímpicos creados por el cine, es hora de dar a los aficionados al deporte algo más cercano a sus amadas olimpiadas pero todavía con bastante peso cinematográfico. Los Juegos Olímpicos cuentan con las más variadas modalidades deportivas y, como todo evento destacado, ha sido una continúa fuente de inspiración para el cine, en mayor o menor medida: como base para el argumento de una película entera, como una habilidad particular de alguno de los personajes, como un elemento dinámico para una escena de riesgo… Más allá de la tan recurrente adaptación de hechos reales sobre estos deportes o las mismas olimpiadas, los guiones suelen incluir el deporte como parte de sus historias, al igual que en mayor o menor medida es parte de la vida de todas las personas. Entonces, si tratan los deportes y no están basados en hechos reales, ¿qué visión ofrecen sobre estas modalidades olímpicas?
En resumen a esa pregunta y a la presenta lista: un poco de todo. A continuación se ofrece una recomendación filmográfica para algunas de las más destacas modalidades olímpicas, pero como se ha dicho ya, no porque la película trate con fidelidad dicho asunto (de hecho, se ha tratado de evitar). Realmente es más atractivo ver cómo el cine ha imaginado y tratado ese deporte, ya sea para mantenerlo toda una película como vehículo de un mensaje o como un acontecimiento colateral. Aficionados y practicantes de ese deporte disfrutarán con esta visión que deja de ser un calco de la realidad, de lo que (al fin y al cabo) ya viven a diario. Aunque sea solo una escena, siempre es de agradecer la variedad, el entretenimiento y la reflexión sobre algo que te llena y te acompaña a diario. Aquí van esas variedades fílmicas sobre quince deportes olímpicos.
Atletismo
- La soledad del corredor de fondo (Tony Richardson, 1962) -
Para una visión profunda y diferente sobre el atletismo, nada como la renovación del Free Cinema Británico. Al estilo de la Nouvelle Vague francesa y muy en la línea de Los Cuatrocientos Golpes (François Truffaut, 1959), esta película se centra en un joven encerrado en un reformatorio que a lo largo de su vida no ha hecho más que correr, ya sea por ganar o por no ser pillado por la policía. Mucho existencialismo con la construcción de la personalidad de un personaje que no hace más que correr sin pararse a pensar quién es. Los momentos de atletismo son una delicia, magníficamente construidos con flashbacks y continuas reflexiones y metáforas.
Baloncesto
- Space Jam (Joe Pytka, 1996) -
El mejor y más divertido híbrido deportivo de ficción y realidad. Los Looney Tunes con los que los niños se vuelven locos junto con las grandes estrellas del basket con las que esos niños de adultos se aficionan a más no poder. Animación (Bugs Bunny y compañía) y acción real (con deportistas como Michael Jordan y actores como Bill Murray), todo con el basket como telón de fondo. Toda una golosina deportivocinematográfica que en 2018 se podrá volver a saborear con el mítico LeBron James de protagonista.
Boxeo
- Fighting, puños de asfalto (Dito Montiel, 2009) -
Sí, la base de la historia es la ciertamente tópica de superación en la que el protagonista llega de la nada y tendrá que luchar (literalmente) por conseguirlo todo. Pero siempre tiene que haber una buena película de ese tópico. Channing Tatum es la mejor elección posible, y la historia es bastante agradecida. Al fin y al cabo, un luchador no quiere ver las mismas peleas que vive día a día: mejor una historia de orígenes, de personajes, y de acción, pero en otro nivel.
Ciclismo
- Sin frenos (David Koepp, 2012) -
Si la parte real ya está por las bicicletas, ¿qué es lo que mejor puede aportar el cine a la (muchas veces) aburrida vida de las personas? Intriga, emoción, acción. Un buen thriller. Tal cual, eso es Sin Frenos. Escenas muy bien rodadas darán una experiencia igual de trepidante a los ciclistas que la que sienten corriendo sobre dos ruedas.
Esgrima
- Los tres mosqueteros (Paul W.S. Anderson, 2011) -
Igual que lo anterior pero llevado al extremo. El clásico de Alejandro Dumas ha sido llevado de la literatura al cine en reiteradas ocasiones y siempre ha tenido algo inalterable: las míticas peleas de esgrimas. El dominio de ese arte por los protagonistas siempre es de lo más reseñable, por lo que es normal quedarse con la última adaptación de Paul W.S. Anderson. El director de la saga Resident Evil supo introducir el clasicismo de la esgrima en un batiburrillo de explosiones, acrobacias, trampas y demás acción sin freno.
Fútbol
- Shaolin Soccer (Stephen Chow, 2011) -
Seguro que todo el mundo, sea aficionado al fútbol o no, se ha impresionado con la mítica serie de TV Oliver y Benji. Medio capítulo para ir de una punta a otra del campo, acrobacias y chilenas imposibles… Toda esa fantasía en esta película tiene su excusa: introducir kung fu en el fútbol. Todo un punto fascinante de ver para ir más allá, a dónde el fútbol tal cual se conoce nunca llegará. ¿O sí?
Gimnasia
- Destino final 5 (Steve Quale, 2011) -
Reflexión, comedia, intriga, acción… El cine introduce muchos matices en los deportes, y a veces le sobra una escena para presentar uno de ellos al máximo. Y no es uno cualquiera: el terror. La (hasta ahora) última entrega de la saga juvenil más famosa de muertes convirtió a la gimnasia en un deporte con el que morderse las uñas, pegarse al asiento y querer cerrar los ojos. No, no fue por ver quién ganara. Los aficionados a la saga ya están acostumbrados a las mecánicas y elaboradas muertes a lo largo del film, sin saber qué va a pasar. Con algo tan sencillo como un pequeñito clavo, planos detalle, una música de tensión y unos protagonistas que no llegan lograron una de las mejores escenas de la película y casi de toda la saga. Esto sí es vibrar con el deporte. No apto para cardíacos.
Golf
- High School Musical 2 (Kenny Ortega, 2007) -
Cambio total de tercio. Seguro que pocas listas de películas que traten el golf incluyen la segunda parte de la historia de Troy y Gabriella, pero ya se avisó de que esta era una lista inusual. Y para ello, hay que tratar de todo. En el film, un campo de golf es el escenario principal, y ello da para mucho juego, desde escenas de juego con bastantes gags gracias a tiradas y cochecitos hasta números musicales en los que tratar de definirse a uno mismo. Desde luego no se puede decir que no esté aprovechado el recurso del golf; no es una mera excusa de telón de fondo.
Hípica
- Lo quiso así la suerte (Frank Capra, 1950) -
Si un director de la talla de Frank Capra hace un remake, y encima es de una película suya, es que tiene algo bueno que contar. ¿Cómo lo hizo? En clave de comedia y con el mundo de las carreras de caballos como telón de fondo y desencadenante de todo. Nada como un clásico de los 50 de la Paramount para una buena comedia sobre hípica.
Natación sincronizada
- La amada de Júpiter (George Sidney, 1954) -
Realidad y fantasía, o lo que es lo mismo, Esther William y sus películas. Esta nadadora especializada en natación sincronizada se volcó en el cine al no poder competir en los JJOO de Helsinki. Así, la Metro Goldwin Meyer construyó películas de espectáculo para lucimiento de la nadadora, como este film que lleva la gran exhibición acuática a la Antigua Roma.
Remo
- La red social (David Fincher, 2010) -
La alabada película de David Fincher demostró que puede ensalzar algo o a alguien en muy poco tiempo. Si a Rooney Mara le sobró una secuencia inicial para lucirse, el deporte no iba a ser menos. Al igual que en el caso de Destino Final 5, es simplemente una subtrama, y más concretamente aún una escena. Pero cómo olvidar esa regata, ese ambiente tenue, esos hermanos fuertes y frustrados… y, sobre todo, esa magnífica música. Una de las escenas más famosas de la película, y una escena de remo que tiene un algo más.
Tiro con arco
- Saga Los juegos del hambre -
En lugar de un anillo, una habilidad para dominarlos a todos: el tiro con arco. Katniss Everdeen parece haberle ganado el trono a la princesa Brave (Mark Andrews, Brenda Chapman, Steve Purcell, 2012) como la más famosa arquera del cine. A lo largo de las cuatro películas de la saga, el tiro con arco es más que un juego: la principal defensa de Katniss con escenas magníficas de lucha tanto en los entrenamientos como en los juegos, su única manera de conseguir comida, el método para lanzar explosivos o derribar naves enemigas… Jennifer Lawrence llevó esta disciplina olímpica a límites inhóspitos y más que trepidantes. Y si alguien quiere arrebatarle el trono, que primero tome nota de escenas como esta.
Triatlón
- Tri (Jai Jamison, 2016) -
El cine no necesita basarse en hechos reales para transmitir drama y emoción pura. En esta película, el triatlón se usa como vehículo para la autosuperación, para hacer algo de una vez y salir de ese conformismo vital. Realmente no es tan dramática como el film sí basado en hechos reales 100 metros, pero desde luego transmite la fuerza que el séptimo arte ve en esta disciplina olímpica. Cualquiera puede ser un Iron Man.
Vela
- Cuando todo está perdido (J.C. Chandor, 2013) -
Usar la vela para competir está muy bien y es bastante emocionante, pero ¿y si te fuera la vida en ello? Esa es la premisa principal de este film de supervivencia en el que Robert Redford se echa toda la carga a la espalda. El mar como único escenario, él como único actor y este deporte ya no siendo un deporte, sino el único modo de vida. Todo deportista de esta categoría debería ver el film, aprender y retarse a sí mismo con la pregunta: ¿ganaría la medalla de oro en esta competición tan vital? Si quieres saber si Robert Redford la ganó, ahí están los 106 minutos de competición.
Voleibol
- Farfalle (Roberto Palmerini, 1997) -
Como si se introduce el voleibol en una trama de amor juvenil de Federico Moccia. Esta comedia televisiva italiana no es tan mala como puede parecer a primera vista, ya que contiene varias escenas deportivas bastante creíbles y unas tramas bastante respetables. Un antiguo jugador parapléjico y una joven resignada que trata de crear un equipo en un internado; todo siempre con el voleibol como meta.