Adaptarse a cada entorno como forma de supervivencia. Esto es lo que hacen las más de 160 especies de camaleones que todavía perduran por todo el planeta para poder sobrevivir. Esta característica también puede ser metafóricamente aplicable al mundo actoral.
La competencia entre actores y actrices por hacerse con grandes y pequeños papeles puede llegar a ser bestial y no solo de tener un buen agente de representación se vive en Hollywood. Es por ello, que saber adaptarse a las diferentes condiciones y características de cada personaje se hace vital para que un actor o actriz tenga su sitio en numerosas producciones.
Esto es algo que la actriz australiana Margot Robbie está demostrando saber hacer a las mil maravillas. Tras ganar experiencia en series de televisión como Vecinos haciendo de diseñadora de moda o en Pan Am metiéndose en la piel de una azafata de vuelo, esta rubia que se hace gigante dentro de la pantalla por su vistuosidad para conectar con el espectador, tuvo su punto de inflexión de la mano de Martin Scorsese.
El lobo de Wall Street marcó el cambio
Dando vida a Naomi Lapaglia, la actriz dio muestras suficientes de que no es solo una cara bonita, una mirada cristalina y un cuerpo escultural. Margot guarda dentro de sí una capacidad incalculable para interiorizar sus personajes hasta hacerlos parte de su piel. En El lobo de Wall Street, Robbie conectó a la perfección con DiCaprio y el resto del reparto para hacer que lo que Scorsese buscaba del personaje de Naomi se cumpliese con una afinidad pasmosa.
Luego llegó su turno en Focus dando vida a Jess. En este largometraje dirigido por Glenn Ficarra y John Requa encarnó a una joven estafadora en un personaje que requería fuerza y comicidad al igual que el de Lapaglia en El lobo de Wall Street. En esta cinta coincidió por primera vez con Will Smith, actor con el que posteriormente se reencontraría en Escuadrón Suicida.
Doble presencia en cartelera
Y ha sido 2016 el año en el que la australiana ha emergido con más fuerza a la superficie de la cartelera mundial. Concretamente lo ha hecho por medio de dos superproducciones en las que ha podido participar como protagonista y en las que ha ejercido de pilar fundamental para que estas se sostengan. La leyenda de Tarzán y Escuadrón Suicida.
En La leyenda de Tarzán, Margot logra transmitir a través de Jane Clayton ese carácter de mujer fuerte e independiente que precisamente buscaba el cineasta David Yates cuando fichó a la actriz para protagonizar esta nueva adaptación de un clásico.
Y llegó Harley Quinn
Pero ha sido en una película con muy malas críticas donde Margot Robbie ha tenido sus mejores valoraciones. La australiana es uno de los pocos aspectos destacables dentro de Escuadrón Suicida. Junto al personaje de Will Smith, Robbie destaca sobre el resto del elenco aportando todo su talento para dar personalidad y carisma a raudales a una Harley Quinn que tras la visualización del filme es recordada por todos.
Es una pena que la subtrama de su relación con el Joker interpretado por Jared Leto no ahondase más dentro del conjunto para poder disfrutar también de esta evolución del personaje. Sin embargo, todo hace indicar que puede haber una película destinada exclusivamente a Harley. La propia actriz ya se ha mostrado ilusionada en alguna entrevista con esta posibilidad.
Ahora, la progresión de Margot Robbie parece no tener fin. La calidad siempre se impone y en el mundo de la interpretación a día de hoy esta rubia de ojos azules parece no tener límites. El futuro dictará sentencia.
