Saliendo de la cárcel y metiendo la primera, Estopa comenzó el concierto en Alicante a toda pastilla. No había tiempo que perder en una primaveral noche de plenos días previas a las hogueras alicantinas. Todo bajo el marco incomparable de una Plaza de Toros llena hasta la banda, con las entradas de pista agotadas y rozando la totalidad en grada. La canción cacho a cacho fue la encargada de abrir el espectáculo musical para dejar bien claro lo que se presentaba en las dos próximas horas, mucha rumba, rock y también flamenco.
Los asistentes cantaron todas las canciones de los hermanos catalanes pero esto no fue lo único que generó satisfacción entre el público. La iluminación fue una de las grandes sorpresas de la noche, con un escenario perfectamente representado con detalles de la última gira y con un gran juego de luces, haciendo que el concierto no se quedase únicamente en la mejor rumba nacional, demostrando que a la hora de llevar a cabo la puesta en escena musical, Estopa está al altura de los grupos de rock internacional que cuidan al milímetro cada detalle.
Con el castillo de Alicante de fondo, el olor a pólvora de hace tan solo unas horas en la primera mascletá y una temperatura idónea, se reunieron las condiciones perfectas para que el público cantase viejos temas como Vino tinto, Hemicraneal y Pastillas de freno. Combinándolas con los temas más actuales que rompen con la impronta habitual de Estopa, como son Gafas de rosa, Ando buscando y Pastillas para dormir.
Sin embargo, la noche tuvo dos momentos clave. El primero cuando David y José se quedaron solos en el escenario, defendidos únicamente por su voz y guitarra para cantar las canciones más auténticas como Vuelvo a las andadas, En mi primera cana y Demonios, en un tablao flamenco perfectamente llevado a cabo. El segundo momento que destacó por encima del resto fue en el tramo final, una vez superada la hora y media de actuación, para hacer saltar al público con los temas que no podían faltar. Me falta el aliento, Como camarón y la inconfundible El del medio de los chichos llenaron de éxtasis al público de la ciudad de la eterna primavera.
Los hermanos Muñoz salieron aclamados y vitoreados de la Plaza de Toros por la puerta grande, triunfando con sus música llena de rumba catalana y rock. Pero sobre todo con el deseo de volver pronto a un escenario que siempre ha estado, desde sus primeros años de gira, aunque mientras tanto deberán seguir sumidos en su gira Rumbo a lo desconocido.