A Félix Yañez su pueblo no le parecía suficiente, así que se puso manos a la obra y empezó a construir uno nuevo, a tamaño real. Primero una plaza, con su crucero en el centro, y las fachadas de varios edificios con sus respectivos soportales rodeando el perímetro. Era lo que buscaba: un rincón acogedor donde pasar tiempo con su familia y amigos. No le pareció suficiente, así que siguió alargando las dos fachadas, ocupando así los terrenos vitícolas de su propiedad. Cuando ya no había más donde construir, compró los de sus suegros.
Así es como en 2008 nació Territorio Artlanza, en Quintanilla del Agua, Burgos. Con sus más de tres mil metros cuadrados, Artlanza es la escultura más grande del mundo, y aún hoy sigue en construcción. Félix no ve el momento de parar.
El nombre no es casualidad, sino una fusión entre arte –a lo que se ha dedicado desde muy joven- y el río Arlanza, que bordea su pueblo por el sur. Empezó en los años ochenta, con veinte años, acudiendo a ferias de arte junto con su compañero de stand y maestro, Fidel Izquierdo. Tras mucho practicar en el taller de Fidel, decidió dejar su trabajo y dedicarse por completo al mundo de la cerámica. Se inició modelando imágenes de pastorcillos, herreros u oficios del pueblo, para poco a poco ir creando sus propias figuras. Desde entonces no ha parado de hacer esculturas con barro: Quijotes, Lazarillos o meninas son algunas de sus obras.
El pueblo al completo, con sus ocho mil metros cuadrados, son dos únicas fachadas, que con sus serpenteos y recovecos van creando plazas, callejuelas y rincones donde los visitantes pueden perderse y viajar a un pueblo medieval castellano del valle del Arlanza. Por tener, cuenta hasta con dos corrales de comedias, Duende de Lerma y Felipe II, siendo en este último donde se representan obras de teatro clásico y se hace un pequeño festival de cámara durante el verano.
Se empezó a construir en 2006, con dos fachadas a tamaño real en los viñedos de su propiedad: Félix se puso manos a la obra y junto con su hermano y su suegro construyeron las primeras dos fachadas en verano. Durante el siguiente estío construyó otras dos para, en 2008, concretar la que luego sería la gran plaza del pueblo, con un pequeño puente bordeando un río artificial. En el año 2011 a esa plaza del pueblo le sustituyó otra más grande. La gente empezó a visitar el nuevo pueblo, y Félix vio que además podía utilizarlo como gancho para su taller, situado a unos metros de la entrada. Artlanza empezó a recibir visitantes y Félix siguió ampliándolo.
Las escombreras y vertederos son un manantial de donde Félix se nutre. Es lo que hace este pueblo aún más especial: todas las fachadas están construidas con materiales reciclados de escombreras cercanas, de elementos que antes estuvieron en casas de verdad, con sus respectivos dueños. Así es como el pueblo mantiene viva el alma de Quintanilla del Agua y los pueblo de alrededor: Artlanza es una cápsula del tiempo.