El cine español hace acto de presencia en el Festival más prestigioso del mundo. El cineasta Pedro Almodóvar desembarcó en la ciudad francesa de Cannes para presentar su último trabajo semanas después del estreno de la película en España.
Julieta ha sido recibida con expectación en un pase matinal que ha contado con lleno en la sala y que ha concluído con la ovación del público y prensa presente. Se trata de la quinta vez tras Todo sobre mi madre, Volver, Los abrazos rotos y La piel que habito que Almodóvar opta a la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
El manchego estuvo acompañado de Adriana Ugarte, Emma Suárez, Inma Cuesta, Michelle Jenner, Rossy de Palma y Daniel Grao. El director habló en rueda de prensa de varios aspectos entre los que estuvo presente la explicación sobre el color de su filmografía. "Soy hijo del Technicolor. Las primeras películas que recuerdo son en colores muy brillantes. Mi espíritu es, como sabéis, bastante barroco. Mi formación es el arte pop y eso me lleva a un colorido exagerado. Descubrí cuando hacía Mujeres al borde de un ataque de nervios que mi madre vestía de luto desde casi siempre ynací con mi madre de negro. Eso me marcó. El negro es muy glamuroso y luce muy bien en las alfombras rojas salvo cuando es impuesto, entonces es una maldición", comentó.
También habló sobra la vuelta al cine de mujeres. "El universo femenino es un lugar del que nunca me iré del todo. Esta madre en comparación con las otras es la más vulnerable, la más débil. Lo suyo es una resistencia pasiva", explicó.
Sobre su participación en Cannes después de tanto tiempo también habló Almodóvar. "Es más excitante para mí y para los medios de comunicación volver después de tantos años. Me hace sentir vivo. Además no creo estar aún donde Woody Allen o Spielberg. No soy una vaca sagrada", argumentó.
Está claro que Almodóvar y Francia van de la mano.
Fuente declaraciones: El Mundo