Crítica de 'La Serie Divergente: Leal'
Tris Prior y Cuatro son los protagonistas de "La Serie Divergente: Leal". Foto: Entaquillados

Corría el año 2014. Las sagas juveniles de ciencia ficción habían llegado para quedarse. Harry Potter y la saga Crepúsculo habían llegado a su fin hacía dos años, dando ese mismo año el relevo al siguiente gran éxito: Los Juegos del Hambre, recién acabada el año pasado. Desde 2013, muchas adaptaciones literarias juveniles

Adaptaciones al cine de obras literarias juveniles. Foto: Mubis
Adaptaciones al cine de obras literarias juveniles. Foto: Mubis

buscaron la fórmula del éxito. Algunas se estrellaron estrepitosamente en el camino, como Cazadores de Sombras o Hermosas Criaturas, sin lograr continuación. A pesar de este doble desastre en 2013, 2014 trajo dos sólidas apuestas que se ganaron el favor del público y a medias el de la crítica: El Corredor del Laberinto y Divergente.

Ahora ha pasado el tiempo, y los últimos acontecimientos podrían estar marcando el principio del fin. ¿Se ha cansado el público de las adaptaciones literarias de distopía juvenil? El final de Los Juegos del Hambre decepcionó un poco en cuanto a recaudación, La Quinta Ola (J. Blakeson, 2016) se estrelló con unos pobres resultados de taquilla a comienzos de este año. Ahora, tras unos resultados más que satisfactorios en sus dos anteriores entregas, La Serie Divergente ha dejado de ser considerada un éxito. En EEUU no ha sido capaz de liderar la taquilla, y las críticas la condenan como una película más que repite tópicos y más tópicos. ¿Se ha cansado el público de Divergente? Puede ser. Para entenderlo, hay que analizar las claves de la nueva entrega de la saga.

La película comienza justo donde lo dejó su predecesora, con ese cambio total de rumbo de la historia, donde todo lo que creíamos conocer se esfuma y da lugar a un futuro totalmente abierto y desconcertante (tal como ocurre con Jeanine y Evelyn a pequeña escala). La base que planteada en las dos anteriores películas se rompe: ya no hay facciones, ya no hay que derrotar a un líder,

El nuevo horizonte de la serie Divergente. Foto: lacasadeel
El nuevo horizonte de la serie Divergente. Foto: lacasadeel

ahora las cosas no son a pequeña escala en lo que ocurre en mi ciudad, hay más allá fuera. ¿Os suena? Efectivamente, es una combinación del final de Los Juegos del Hambre: En Llamas (Francis Lawrence, 2013) y El Corredor del Laberinto (Wes Ball, 2014). La historia es más de lo mismo, más de lo visto en otras sagas literarias y más de lo visto en la propia saga. Lo primero asquea pero se acepta para entretener, lo segundo (tratado más adelante) se agradece siempre que lo implementen. 

Katniss o Tris (una talentosa actriz), facciones o distritos, Jeanine o Snow, Evelyn y David o Alma Coin, comandante Paylor o Johanna (todos ellos con consagrados actores en papeles de reparto), exteriores o Distrito 13… Sin duda, hay un refrito de tópicos y otros libros y películas más que palpable. Sin embargo, no es para nada justo achacar este defecto a esta tercera entrega y sentenciar la saga por ello. Con la sinceridad por delante, hay que admitir que esto canta desde la primera película. Más aún, desde el primer libro (como breve apunte, El Corredor del Laberinto y Los Juegos del Hambre fueron publicados antes que Divergente). Si hay que echarle la culpa a alguien, que sea a Veronica Roth. El público se ha cansado de los tópicos, sí, porque abundan, pero no se pueden haber cansado con Leal porque precisamente es la película que va más allá, expande lo visto hasta ahora, siempre con esa base lastrada, eso sí, pero ahora adquiere más identidad propia. Entre sus más y sus menos, Leal aporta más cambios, giros, avances y material nuevo. Es el punto fresco que necesitaba la saga para no condenarse.

Póster principal de "Leal". Foto: hdfondos
Póster principal de "Leal". Foto: hdfondos

¿Qué es esto nuevo que aporta y que debería haber actuado como salvavidas para la adaptación cinematográfica? Movimiento, giros. Es una película muy activa. Desde luego que, con ese bagaje del libro de copia y reiteración, el argumento se nos presenta de la forma más atrayente que han logrado, combinando información relevante con acción más que trabajada. Las intenciones están ahí; que lo consigan, ya es otra cosa. En su afán de dotar a la película de intensidad y no estirarla hasta la excesiva lentitud como ocurrió en Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte 1 (Francis Lawrence, 2014), acaba liando al espectador. Una vez más hay que tener en cuenta de donde viene la saga: dos películas que han establecido una distopía pero que tampoco es que hayan contado una historia de la complejidad de Matrix. No pueden pedirle a espectadores jóvenes que no están mentalmente activos durante la película que asimilen tantos nombres, teorías, engaños, posibles soluciones, variaciones de bueno/malo… La adrenalina que han inyectado a la saga y que tanto funciona en el apartado técnico, en el argumental acaba siendo demasiado. Más de uno abandonará el hilo argumental y esperará a que lo que le entre por el ojo sea lo relevante de la historia. Y es una pena, porque si hubieran sabido dosificarlo bien, habrían logrado una narración tan vibrante como su acción. La única dosificación que sí han logrado con éxito es el alivio cómico de las

Milles Teller vuelve en su papel del independiente Peter. Foto: Cinedor
Milles Teller vuelve en su papel del independiente Peter. Foto: Cinedor

intrigas, algo que el tono de oscuro de DC en Batman V Superman: El Amanecer de la Justicia (Zack Snyder, 2016) acaba asfixiando al público. El público sabrá agradecer los comentarios cómicos y precisos de Peter (Milles Teller) o la trama amorosa y más ligera de Tris y Cuatro.

Por fin. Por fin una película de la serie Divergente es claramente de acción. Las dos primeras lo intentaron, sobre todo la segunda con unos posters vertiginosos y una secuencia de acción en realidad virtual de Tris contra Tris apabullante. Sin embargo, el resto de la película se dejaba al espectador con la miel en los labios, tras varios tiros y alguna que otra coreografía que anunciaban en el tráiler pero que acababa convirtiéndose en la única parte de acción de toda la película. Era un tanto frustrante. Parece que por fin han decidido invertir donde tenían que hacerlo y así diferenciarse aún más de sus dos referentes más directos: con Los Juegos del Hambre no pueden competir en historia pero la saga de Jennifer Lawrence no es que destaque precisamente por la acción; El Corredor del Laberinto se centra más en la belleza de los escenarios que en la interacción de los personajes con los mismos. Leal es expandir todo: la historia, los personajes, el mundo, y la espectacularidad. Acción a buenas dosis en el momento justo, para llevar a un fin. Buenas coreografías, no abusar de los disparos de fogeo al tuntún, persecuciones, escenas trepidantes desde las alturas con escaldas o naves, buenos tiroteos con nuevas tecnologías, y más persecuciones. Una verdadera pena que por la escasa taquilla de Leal, se haya reducido el presupuesto para la última entrega, Ascendiente (2017). Ahora que habían encontrado el camino, ojalá no le pongan demasiadas barreras y vuelvan a encontrar (en la medida de lo posible) su punto característico.

Entre tanta lucha de la repetición contra la novedad hay que destacar un pequeño toque característico de la saga que para el ojo más vigoroso es una pequeña delicia y que se inserta muy bien tanto en el apartado narrativo como en el visual. Se tratade la virtualidad. Desde la primera entrega, se hace hincapié en ese mundo virtual

La virtualidad tiene un gran peso en la película. Foto: elmulticine
La virtualidad tiene un gran peso en la película. Foto: elmulticine

creado por los avances tecnológicos. Una prueba de personalidad en función de tus miedos internos, una simulación donde te enfrentas cara a cara con ellos, y ahora un programa espía que te permite observar cualquier territorio a tiempo real como si realmente estuvieras ahí. Estas pequeñas inserciones de la tecnología, a pesar de su intento de explicación tecnológica, acaban difuminando los límites de la realidad y la ficción (dentro del relato). Con estos momentos se logra, además de un toque característico para la saga, algunos de los momentos más logrados y entretenidos de la saga. Además de agradecérselo (por una vez) al libro, también hay que agradecérselo a la cuidada realización que se lleva a cabo para mostrarlos en pantalla. La batalla final de Tris contra Tris en Insurgente (Robert Shwentke) es la mejor escena de toda la película.

Historia distópica. Acción. Falta un elemento esencial en toda película ya no solo juvenil de ciencia ficción: el amor. El público ya ha visto triángulos amorosos entre criaturas mágicas (Crepúsculo), relaciones que mezclan amor, lealtad y pena (Los Juegos del Hambre), e incluso giros de guión que dejan de lado este aspecto (El Corredor del Laberinto). Siempre hay problemas, siempre hay grandes dramas, siempre hay una elección. ¿Cómo afronta la serie Divergente este tópico? De la manera más aparentemente simple pero casi obviada por completo por las películas: todo va bien. Ya está. Son una pareja, que se quieren, y están juntos en lo bueno y en lo malo. Es una parte vital de la historia: es lo que les motiva y les da fuerzas, y realmente el cónyuge es la única persona en la que confiar en medio de este caos donde no puedes fiarte ni de tu hermano ni de tu suegra. Por supuesto, no caen tampoco en la simplicidad de que esté ahí y no sufra cambios. Es realista, y toda pareja sufre crisis. En Divergente, se conocían y (quizá demasiado rápido) se enamoraban. En Insurgente, tenían que unirse no solo en el amor sino en la guerra y liderar un bando rebelde. Ahora, en Leal, en una aparente calma más allá del muro, se enfrentarán su crisis. No se trata de aportar una trama secundaria para satisfacer a las niñas de turno, sino que produce una brecha en su relación a causa del argumento central, y gracias a ello avanzará más la acción y su propia relación. No hacen falta triángulos amorosos ni grandes dilemas; a veces, la realidad es suficientemente motor para la acción, y el público lo agradece.

Esta pequeña brecha entre Tris y Cuatro permite a Theo James demostrar que es más que un muñeco apretando un gatillo y besando a la chica. De hecho, durante la mitad de la película él es el protagonista, y desde luego que da la talla. Otra trama de personajes que se expande es la relación madre-hijo con Evelyn, interpretada por una sólida Naomi Watts. La actriz de Lo Imposible  (J.A. Bayona, 2012) juega muy bien al despiste de buena o mala, sin ofrecer momentos extremos como los de Jeanine (Kate Winslet) ni expresiones pacíficas como las de Johanna (Octavia Spencer, quien cambia en una dirección totalmente incoherente con el planteamiento que se ofrece de ella en Insurgente). Milles Teller y Ansel Elgort, dos más que talentosos actores jóvenes, siguen en sus papeles secundarios con más relevancia, dando perfectamente el tono; eso sí, es un tono muy estereotipado y limitado, no tienen demasiado jugo que sacar. Jeff Daniels entra con fuerza y sabe cómo jugar al despiste al principio, aunque en seguida cambie al avance más que previsible que da su personaje.

Hablar de los personajes de Divergente es hablar de Shailene Woodley. Ella se come a todo el reparto, toda la pantalla y toda la película. No está de Oscar, ni su personaje es tan complejo como Katniss, pero cualquier otra actriz solo puede aspirar a captar y transmitir la esencia de Tris igual que Woodley. Mejor no se puede hacer. En la película. Porque en el libro sí que se puede mejorar. Y mucho. Divergente no se caracteriza por personajes con profundidad psicológica, sino más bien por el mundo que crea, que en esta ocasión, si es en pantalla, mucho mejor. Además se agradece y mucho la evolución de su personaje. Si se compara la Tris de Leal con la de las anteriores entregas, es más que palpable cómo los acontecimientos la han hecho cambiar drásticamente, de la chica medio indefensa y confusa de la primera entrega, a la pensativa de la segunda y la guerrera de esta tercera parte. La cara y los movimientos de ella, junto con el vestuario (del que ahora se hablará) van en esta dirección: Tris está evolucionando.

Precisamente en pantalla el trato de Tris tiene una curiosa evolución para expresar la evolución de su personalidad. Empieza la película y es una insurgente guerrera: un chaleco negro sin mangas y el pelo corto suelto. En la nueva ciudad, la sensación de tranquilidad, paz y confianza se une con la categoría de “pura” que adquiere Tris: un vestido blanco y extremadamente liso con tacones y un pelo perfectamente arreglado. Tris vuelve a la guerra: chaleco y pantalones largos negros con el pelo levantado y suelto. El maquillaje y vestuario hablan sobre la personalidad del

Caracterización de Tris. Foto: Antena 3
Caracterización de Tris. Foto: Antena 3

personaje. Otra manera en la que el lenguaje visual transmite las ideas de la historia es mediante la dualidad tan marcada que se establece con el color de la película. Dos mundos: Chicago y el exterior. Casa e incertidumbre. El verde de los edificios y el rojo de la atmósfera y el suelo radiactivo del exterior. Ya cuando salen los protagonistas, algo no les cuadra y se preguntan si realmente ese ambiente anteriormente tan esperanzador puede convertirse en su nuevo hogar. Y lo mismo piensa el espectador. No se puede obviar, sin embargo, pequeños detalles incongruentes que, aunque estén puestos con esta intención no dejan de chocar a toda mirada realista: ¿por qué solo llueve sangre fuera de la muralla? La atmósfera no cambiaba de un lugar a otro, la única separación era un muro. ¿Nadie nunca había establecido un mínimo contacto aunque fuera visual con el otro lado de la muralla?

Al César lo que es del César. Desde luego que la historia de Divergente es atrayente y más que entretenida con un mensaje sobre la personalidad a tener cuenta. Desde luego que está llena de fragmentos, ideas y personajes calcados de otras obras. Sin embargo, juzgando LA PELÍCULA de Leal no se puede decir que no ofrezca un espectáculo visual muy trabajado que trata en la medida de lo posible paliar el criticable bagaje que tiene. Y lo logra, si se sabe verla, disfrutar de sus expansiones y mejoras con respecto al libro y con respecto a las dos anteriores entregas. Estamos ante la mejor entrega de la serie Divergente. No estamos ante la mejor saga distópica juvenil, pero sí ante la mejor adaptación cinematográfica posible de la misma. 

Las adaptaciones de la serie Divergente. Foto: Serie Divergente Tumblr
Las adaptaciones de la serie Divergente. Foto: Serie Divergente Tumblr
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