Cuando se traslada una historia real a la gran pantalla se corre un serio peligro a la vez que se dispone de una gran materia prima si la historia es buena. Dos gemelos más que conocidos en Londres con una historia de la que no te puedes desviar más de lo que la propia realidad te deja, eso sí, dichos límites pueden ser a veces increíbles.
Unos mafiosos, Londres en los años 60... esa historia ya se ha contado muchas veces. Pero no de esta forma, no esta realidad. Al que tuviera la idea de que Tom Hardy interpretara a los dos gemelos Kray utilizando las técnicas de simetría y control de movimiento, hay que darle el mérito que se merece. Aunque al espectador no le guste la película en sí (cosa poco probable) sabrá apreciar la maravilla que supone ver al mismo actor en la pantalla interpretando a dos personajes distintos en la misma secuencia (¿alguien se imaginaba tal cosa hace unos cuantos años?).
Pero claro, esta baza no vale de nada si no tienes a un buena actor que la lleve a cabo. Tom Hardy (conocido por sus papeles en Mad Max: Furia en la carretera o El Caballero Oscuro: La leyenda renace) lleva a cabo una de las mejores interpretaciones del año. Poder ver al mismo tiempo su capacidad de interpretar a un oscuro pero familiar mafioso de los más clásicos, y a su gemelo esquizofrénico con ganas de guerra, es una demostración más del amplio registro del actor.
La historia en sí muestra una clara evolución de los personajes: desde la dominación de aquel Londres de los años 60 por parte de los Kray, hasta el desgaste sufrido por amor, dinero y la persecución de la justicia. Unos hechos que no pueden contarse de una forma más original y cautivadora con grandes toques de humor, pero con guión algo escaso en ciertos momentos del largometraje.
Unos hechos que no pueden contarse de una forma más original y cautivadora con grandes toques de humor
Legend es una película de gánsteres, pero sobre todo, es una película de gemelos, esa es la marca que fundamenta y sostiene la película. El propio Reggie Kray lo deja claro: "Mi lealtad hacia mi hermano es la vara de medirme".
Lo mejor: ver a Tom Hardy multiplicado por dos en la gran pantalla e interpretando a dos personalidades tan distintas. Las mejores escenas de la película son aquellas en las que Ronnie y Reggie comparten plano.
Lo peor: un guión un poco corto en ciertos momentos, disimulado a veces por Hardy, pero débil en líneas generales. Especialmente si uno se informa de toda la historia real echará en falta algunos aspectos importantes de la vida de los Kray como su dedicación profesional al boxeo.
