Desde un tiempo a esta parte, raro ha sido el medio de comunicación que no haya denunciado o dado a conocer con clases magistrales a la opinión pública, las vías por las cuales, los partidos políticos pueden financiarse. Según datos de la ONG Transparency International, la financiación de partidos es la principal sospecha de corrupción para los españoles que le da una valoración de 3,9 sobre un máximo de 5, lo que representa el 62% de los encuestados.
Lejos de sorprendernos dados los casos de corrupción por parte de los principales partidos PP y PSOE cuyo proceso de investigación aun está abierto, saltaba a la palestra un nuevo caso hace unos días, el del nuevo partido que ha conseguido entrar en el Congreso de los Diputados. El partido político Podemos, está siendo investigado por la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) por presunta financiación ilegal. La cifra asciende a 72.000 euros que supuestamente el gobierno de Irán pagó a Podemos para promocionar al partido en la campaña electoral para las municipales y autonómicas del pasado mes de mayo. De esta información se desprende que la empresa iraní Venus Victrix General Tranding habría abonado facturas por la producción de un documental sobre Podemos a través de la empresa con sede en Madrid 360 Global Media que a su vez habría sido transferida a la productora de Pablo Iglesias por la emisión del programa Fort Apache. La Policía ha recalcado que se trataría de una “financiación indirecta a Podemos en forma de publicidad”, en plena campaña electoral. La importancia de esta investigación radicaría en que podría constituir un delito electoral. Según el mismo informe, este no ha sido el único caso ya que durante los últimos tres años, habría recibido hasta dos millones de euros procedentes de Irán a Pablo Iglesias, sus dos productoras (con Mano Izquierda y la Barraca Producciones) y su más estrecho circulo de colaboradores.
De ser así, Pablo Iglesias y su formación política, tendrían que dar explicaciones acerca de esta investigación que ha salido a la luz. Sin embargo, y aunque resultara un tanto rocambolesca toda esta historia, no podemos olvidar, que Hispan TV, desde donde Pablo Iglesias se dio a conocer, es una televisión que fue creada en el 2012 por el régimen dictatorial de Irán. A pesar de que resulte un tanto inquietante que un régimen dictatorial financie una televisión privada en un país occidental, no podemos obviar otros casos en España como los de la otra cadena privada Tele5 y la productora Mediaset cuyo principal accionista no es otro, que el tantas veces juzgado, Silvio Berlusconi.
La pregunta que podíamos llegar a hacernos es cuan de importante resulta generar opinión pública en la conciencia de los consumidores de estas cadenas como para que actores internacionales presten sus servicios apoyando a medios de comunicación, pagando a dirigentes políticos y presuntamente favoreciendo campañas electorales.
Por desgracia, este no ha sido el único caso que ha salido recientemente. En el Reino Unido, el periódico británico The Guardian, dio a conocer el caso del político del Partido Social Liberal Nick Clegg, el cual, recibió 22,500 libras por una conferencia que dio durante el pasado mes de diciembre sobre el papel del Reino Unido en la Unión Europea por el banco de inversión Goldman Sachs, apoyando la entrada de este país en el euro. De nuevo vemos que posiblemente los intereses públicos de los ciudadanos se ven comprometidos por la posición de los dirigentes políticos en actos privados para la banca. En este caso, resulta al menos inquietante que un político de la talla de Nick Clegg que llegó a ser eurodiputado con tan solo 32 años, pueda en ocasiones servir a intereses privados, moderando su postura hacia temas tan relevantes para el futuro del Reino Unido en la Unión Europea, que por cierto, será votado en referéndum el próximo año. Llega a resultar más paradójico si cabe, por la postura antagónica que este político, tuvo hacia el Goldman Sachs cuando en unas declaraciones en abril del 2010, expresó unas alegaciones en contra de este banco por la imprudencia y avaria y su papel importante como uno de los actores culpables de la crisis económica.
Si los partidos políticos con sus dirigentes a la cabeza siguen los dictámenes de los bancos, no nos queda otra que plantearnos hacia dónde se dirige la clase política actual. Algunos de sus compañeros como Tony Blair también lo han hecho, ha ganado miles de libras que han servido para acrecentar su patrimonio personal cuando no ha decidido donarlo a funciones de caridad. En otros casos como los de Gordon Brown, sí que lo han destinado en su mayor parte a trabajos caritativos. Aun así, el resultado viene a seguir siendo el mismo, no existe independencia entre el trabajo de la clase política como cargos públicos al servicio de la población y el trabajo que realizan en la esfera privada para organismos privados.
La propia conclusión a la que podemos llegar es que quizá no exista ni siquiera tal distinción. Un ejemplo más, de la falta de independencia entre el gobierno y los bancos, es el caso del Goldman Sachs, el cual, ha sido consejero de Grecia cuando ayudó a maquillar la deuda de este país, así como también lo fue del gobierno del Reino Unido. En referencia a este último papel que ocupó con el gobierno de Westmister, según declaraciones de Nick Clegg, años antes de que fuera pagado por este banco, “debería haber estado suspendido de ejercer este rol por haber desfigurado a la industria bancaria durante el comienzo de la crisis”.
Pareciera como si occidente se moviera en dos direcciones contrapuestas: la izquierda apoyada por dictaduras opuestas a los gobiernos conservadores, y la derecha con una clase política que mueve sus hilos a favor de las empresas privadas y los bancos.
De nuevo el pueblo no ya tan alejados de estas realidades que saltan a diario, mira como sujeto pasivo y obediente a las directrices que le marquen ya sean los unos o los otros. La verdad queda retratada en estos actos que desvirtúan el objetivo principal de cualquier gobierno o clase política, el servicio a aquellos a los que sirven, he aquí, el problema de todos los males.
