Hayao Miyazaki nació el 5 de Enero de 1941 en el seno de una famila marcada por la Segunda Guerra mundial ya que se padre trabaja en la industria armamentíscia japonesa. Recuerda de su infancia que tuvo que huir de su ciudad natal entre los bombardeos estadounidenses. Quizás la vivencia del conflicto mundial hayan moldeado la actitud pacifista de su cine.
Comenzó a trabajar en la Toei, tras cursar economía y ciencias políticas, junto con su amigo Isao Takahata. Fue ganando más responsabilidades en sus primeros años de trabajo, lo que le llevó a colaborar con Isao Takahata en los anime Heidi, Marco y Ana de las Tejas Verdes.
En 1985 funda Estudios Ghibli con su colega Takahata con una bases que se mantendrían hasta el final del estudio y con el objetivo de renovar el cine de animación. Su primer éxito será Nausicaä del Valle del Viento. Su cine se caracteriza por un humanismo a la japonesa que va desde el pacifismo hasta el ecologismo. Su personaje favorito será la niña o adolescente que tendrá que superar una serie e obstáculos para alcanzar la paz interior. Pero no solo en la fantasía se mueve Miyazaki, películas como Mi vecino Totoro son un canto a la tradición japonesa de la vida rural. La naturaleza está viva en cada uno de sus largometrajes y sobre todo su lucha por un progreso que deja a los más débiles de lado.
Su extremo cuidado por el dibujo lo han llevado a desmarcarse de los grandes estudios estadounidenses al buscar la sutileza y plasticidad en la imagen a travñes de su cuidada dirección artística.
Admirado por muchos, Kurasawa dijo de él que era "un gran creador" Lassater, uno de los genios de Pixar dijo de sus estudios que eran la fuente de inspiración en los que Disney se fijaba. El éxito creativo y comercial le llegó con El Viaje de Chihiro con la que consiguió el Oscar y el Oso de Oro en Berlín. Chihiro es el culmen de la animación contemporánea en una historia de aventuras, poder, intriga, miedo, magia y surrealismo realista que encandiló a la crítica mundial.
Con el anuncio de su retiro la animación mundial perdió a su Lewis Carroll particular. Visitar el castillo ambulante, montar en el Gatobús o explorar otros mundos como la pequeña Chihiro son el regalo que Miyazaki nos brinda cuando no encontremos sentido a la incoherente realidad que soportamos.
