Críticas en un minuto: 'Palmeras en la nieve'

El cineasta Fernando González Molina se encontró ante el mayor reto de su carrera profesional. Adaptar la novela de Luz Gabás a la gran pantalla se trataba de una tarea ardua y compleja que el director navarro ha sabido ejecutar, aunque no sin algunos problemas.

En otro buen año para el cine español, Palmeras en la nieve se hizo esperar. Fue como ese invitado que llega el último a la fiesta pero al que los demás esperan con ganas para que forme parte del baile de nuestro cine, que este año gozó de varias cintas que fueron lo más parecido a un vals directo al corazón.

Rodada en Canarias, Huesca y Colombia, la película es una búsqueda simbiótica entre protagonistas y espectadores. Los que acuden a la sala, se ven en la necesidad de buscar porque es el guion el que a veces no encuentra la senda más clara de transmitir lo que se quiere contar. Agunos planos son excesivos, vacíos de significado y solo la más que disfrutable belleza de las localizaciones hace que sean salvables. El apartado interpretativo es otro de los puntos flojos, siendo Berta Vázquez y Macarena García las únicas que logran un sobresaliente en su cometido.

En definitiva Palmeras en la nieve,  pese a sus puntos flojos, vence en su objetivo de ser una buena superproducción española que contó para su realización con 10 millones de euros. Su fórmula comercial hará que siga arrasando en taquilla, pero es en otros aspectos donde podría haber ganado en potencia para pasar a la historia de nuestro cine. Recursos e historia que contar no faltaban.