Por fin llegó. La gran cita del cambio político ha cumplido con sus expectativas y ha abolido, de manera poderosa, las mayorías absolutas. Ninguna de las candidaturas ha llegado al 30% de los votos, y ningún acuerdo a dos conseguiría esa amplia mayoría a excepción de sumar a PP y PSOE (algo que, a priori, parece improbable). Las dos nuevas fuerzas, Podemos y Ciudadanos, han irrumpido con mucha fuerza en el panorama nacional, y ambos serán decisivos para formar gobierno. El principal temor, ahora, es la ingobernabilidad con este amplio abanico de posibilidades. Por eso, algunos dicen que el gran vencedor ha sido la pluralidad. Sin gobiernos en solitario, será obligatorio llegar a acuerdos para sacar adelante cualquier mínimo proyecto. Eso sí, esta dificultad podría llegar a situaciones de bloqueo como, por ejemplo, viven comunidades autónomas como Cataluña o la Región de Murcia.
Los nuevos partidos le han quitado un gran trozo de la tarta al viejo bipartidismo. Aunque las posiciones de salida, tomando como referencia los últimos barómetros previos a la campaña electoral, eran favorables a Ciudadanos, las urnas les han dado una estocada. De los 70-80 diputados que vaticinaba el último CIS, se han quedado en justo la mitad (que no deja de ser un éxito). Podemos ha cumplido su llamada remontada, aunque no cumple sus ansias de alcanzar al Partido Socialista. Más de 20 escaños separan a ambos partidos, que seguramente buscarán el acuerdo para formar un gobierno presumiblemente presidido por Pedro Sánchez. Mariano Rajoy tiene una situación parecida. Aunque supera en 30 diputados a su más inmediato perseguidor, la bajada de Ciudadanos les sitúa en la misma situación. Así que los partidos regionalistas y nacionalistas volverán a tener la llave de la gobernabilidad, puesto que suyos son los votos que necesitan tanto unos como otros.
A pesar de todo, lo que queda claro, escuchando a los líderes nacionales, es que nadie ha perdido. El Partido Popular sigue haciendo bandera de haber ganado las elecciones, a pesar de obtener su peor resultado desde 1989. La formación de Mariano Rajoy ha perdido casi cuatro millones de votos con respecto a 2011, un total de 64 diputados. El PSOE, que saca el peor resultado de su historia (bajando, incluso, los 110 escaños de las anteriores elecciones), mantiene que es el principal partido de la oposición. Se aferran a ser la única alternativa de izquierdas, relegando a Podemos a un segundo plano. Ciudadanos, al igual que UPyD (que no ha obtenido representación) y Unidad Popular (altamente perjudicado), achaca el resultado a la ley electoral vigente. El partido de Pablo Iglesias, por su parte, se plantea como la alternativa al bipartidismo, aunque ni siquiera se han acercado al PSOE, que era su objetivo.
Los números
A la espera de cambios de última hora, y con el 96% de los votos escrutados, estos son los resultados de los partidos que han obtenido representación parlamentaria (recordando que la mayoría absoluta está en 176 diputados):
- Partido Popular: 123 diputados, con 6.945.965 votos (28,7%).
- Partido Socialista Obrero Español: 90 diputados, con 5.336.450 votos (22,1%).
- Podemos (y sus marcas autonómicas): 69 diputados, con 4.988.419 votos (20,6%).
- Ciudadanos: 40 diputados, con 3.363.494 votos (13,9%).
- Esquerra Republicana: 9 diputados, con 577.711 votos (2,4%).
- Democràcia i Llibertat: 8 diputados, con 548.329 votos (2,3%).
- Partido Nacionalista Vasco: 6 diputados, con 298.474 votos (1,2%).
- Unidad Popular: 2 diputados, con 891.855 votos (3,7%).
- EH Bildu: 2 diputados, con 215.812 votos (0,9%).
- Coalición Canaria: 1 diputado, con 71.205 votos (0,3%).
Gráfica: El País
En el Senado, el panorama es bastante distinto. Esta cámara de segunda lectura, el Partido Popular ha obtenido una amplia mayoría absoluta con 119 de los 208 senadores. El Partido Socialista recupera tres y se sitúa con 52 senadores, el único que sube con respecto a 2011. Podemos entra a esta cámara de representación con 14 senadores, que no es un gran número pero suficiente para que todas sus marcas autonómicas hayan sido representadas. La noticia más llamativa es que Ciudadanos, el único de los cuatro grandes partidos que se ha mostrado frontalmente opuesto al Senado, no ha obtenido ninguna representación en esta cámara. Izquierda Unida-Unidad Popular también desaparece, como casi le pasa en el Congreso.
El PP resiste en Madrid
Los populares han sido la fuerza más votada en 15 comunidades autónomas, entre ellas sitios tan decisivos para ellos como Baleares, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana. Madrid ha sido una de las victorias más importantes para ellos, sobre todo teniendo en cuenta el batacazo del PSOE en la capital de España (Eduardo Madina se quedará fuera del Congreso). En total, la lista por la que se presentaba el Presidente del Gobierno ha obtenido 13 diputados, el 33,3% de los votos. La gran sorpresa la ha dado Podemos, que se sitúa como segunda fuerza política con 8 diputados. Ciudadanos es tercero, y los Socialistas quedan relegados a la cuarta posición. Otro dato relevante es que Unidad Popular ha sacado dos diputados de la capital, los dos únicos que representarán a la marca de Izquierda Unida en el Congreso. Otra victoria importante para el PP es la Comunidad Valenciana, sobre todo tras perder el gobierno tanto autonómico como provincial el pasado mayo. Con 11 diputados, los Populares valencianos superan en dos escaños a Podemos-Compromís; la fusión de la formación morada con la de Mónica Oltra les ha servido para superar al PSOE, que, de nuevo, es relegado a un segundo plano. La Región de Murcia vuelve a ser una plaza con claro color azul. El PP se ha llevado 5 de los 10 diputados que se ofertaban en la costa cálida. Aquí, Podemos es última fuerza política en detrimento de Ciudadanos.
Andalucía sustenta al PSOE
Solo dos comunidades autónomas han votado en mayoría a los Socialistas. Una de ellas es Andalucía; en su plaza histórica ha obtenido 23 diputados, superando en solo 3 a su principal competidor, el PP. Eso sí, el gran rival por la izquierda, Podemos, se ha llevado menos de la mitad de la candidatura socialista, obteniendo solo 10 escaños. Pedro Sánchez ha recuperado cinco provincias andaluzas, que, en su día, le dieron también la secretaría general del partido. Solo Málaga y Almería han vuelto a dar su apoyo mayoritario al PP; Sevilla, por su parte, se mantiene firme con los socialistas. Su otra victoria ha sido en Extremadura, donde actualmente gobierna con la ayuda de Podemos. Aquí, 5 de los 10 escaños que se repartían han ido a parar al PSOE, frente a los 4 del PP y un único diputado de Podemos. Aquí, curiosamente, Ciudadanos no ha obtenido ninguna representación por esta comunidad.
Podemos, primera fuerza en Cataluña
El partido de Pablo Iglesias, impulsado en algunas comunidades autónomas por sus marcas regionales, finalmente solo ha ganado en Cataluña, donde se presentaba junto a la marca de Ada Colau. 12 diputados les sitúan como la primera fuerza política, algo que contrasta con los decepcionantes resultados obtenidos allí en las últimas Elecciones autonómicas. La situación catalana es bastante compleja, puesto que compiten dos partidos nacionalistas con mucha fuerza entre sus votantes. De hecho, el PSC es tercera fuerza política, Ciutadans cae al quinto puesto y el PP, al último. Ya no se verá a Duran i Lleida en el Congreso, ya que Unió se ha quedado fuera por primera vez desde que se unió a Convergencia hace más de dos décadas. Además, Podemos ha alcanzado la segunda posición en Baleares, Valencia, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco, en la mayoría presentando su propia marca. En Euskadi concretamente, ha sido la fuerza más votada con 316.441 votos, 10.000 más que el PNV. A pesar de ello, los nacionalistas han ganado por un diputado.
Problemas de gobernabilidad
Cuando el bipartidismo ha sido derrotado y el panorama parlamentario se presenta tan fragmentado, la ilusión no tarda en transformarse en duda y preocupación. Y más aún cuando ningún pacto a dos daría la mayoría absoluta, sino que necesitarían, como mínimo, de la abstención de una gran fuerza política para obtener una mayoría simple. En primer lugar, el bloque más sólido y que más entra en las quinielas es uno formado por Partido Popular y Ciudadanos, que sumarían 163 escaños. Esto supondría quedarse 13 diputados por debajo de la mayoría absoluta, y las fuerzas opositoras de izquierdas ya han dejado muy claro que votarán en contra de investir a cualquier candidato del PP. Eso sí, sumando los partidos nacionalistas de centro-derecha (Democràcia i Llibertat, PNV y Coalición Canaria) alcanzarían los apoyos suficientes en un gobierno que sería de lo más inestable.
Por el ala izquierda, la situación es aún más compleja. Frente a los 163 diputados que sumarían PP y Ciudadanos, PSOE y Podemos solo tienen 159. Los votos perdidos por el camino durante los últimos momentos del escrutinio podrían ser decisivos para impedir una posible investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Solo con la suma de los partidos nacionalistas de izquierdas (Bildu y ERC) y Unidad Popular obtendrían los suficientes apoyos. Eso sí, nadie ha descartado una posible investidura del candidato socialista con los votos favorables de Podemos y la abstención de Ciudadanos, consiguiendo así una mayoría simple. En conclusión, e intentando hacer un complejo ejercicio de síntesis, todos los analistas políticos coinciden en que será muy difícil conformar un gobierno para los próximos cuatro años. No es imposible, y la propia Inés Arrimadas ha puesto en valor los acuerdos alcanzados con Podemos en parlamentos como el murciano. Pero nadie ha descartado por completo adelantar las elecciones si no se consigue conformar un Gobierno. Las cartas ya están sobre la mesa, solo queda esperar que los jugadores sepan aprovechar sus oportunidades.