La mejor forma de definir a Pablo López, artista malagueño, es escuchar las canciones que compone. En su carrera pública comprobamos su carisma, la sencillez de su voz, pero su verdadero talento se forja artesanalmente de puertas para adentro, sentado con el corazón de par en par junto a un piano por el que se resbalan las intangibles manos creadoras de un músico y cantante con mucho por contar y cantar. El mundo está siempre listo para recibir el talento con los brazos abiertos y reconoce al instante cuando se encuentra ante alguien especial. Posiblemente por ello Pablo López, ha sido tan bien acogido por el mundo, que en esencia es la gente. Pablo posee ese sello de sensibilidad, calidad y perseverancia necesaria para convertir un tema, una composición, en éxito casi asegurado. El malagueño ha compuesto y colaborado con Jaime Cullum, Alejandro Sanz, Juanes, David Bisbal, Manuel Carrasco, Malú, Tiziano Ferro,Dani Martín, Bustamante o Antonio Orozco, dejando constancia de su capacidad para crear. Con su primer disco "Once historias y un piano" logró un Disco de Oro y la nominación a "Mejor Nuevo Artista" en los Latin Grammy Awards, pero con su segundo disco ha encontrado su consagración en el mundo de la música.
Con evidentes influencias del pop anglosajón como Supertramp, Pinkfloid o Muse y, grandes referentes en la música como Silvio Rodríguez, Serrat y Sabina, López canta y compone para el mundo, para la gente que vive y muere en él, para los que pisan el suelo cada día, para los de este lado de la realidad, no para aquellos que viven en un mundo paralelo. Superado ampliamente el estigma de haber surgido de un ‘talent show’ (estuvo en la edición de Operación Triunfo de 2008), El Mundo Y Los Amantes Inocentes le consolida con un trabajo con mucho amor, pero muy especialmente con un certero y diáfano mensaje. De qué otra forma se puede calificar Tu enemigo, profunda letra, magnifica canción que canta junto a Juanes y en la que Pablo lanza un mensaje que es pentagrama de cordura en esta locura de mundo. Un canto sin fronteras a la igualdad, al acogimiento, en estos tiempos en los que la imbecilidad y la intolerancia enarbolan las banderas del primer mundo, el artista malagueño nos recuerda que el hombre no es más que un hombre, que las manos son bandera, y que tienen de frontera una canción. Una canción en la que se pone de manifiesto que el amor redime cualquier suspicacia social, pues nos empeñamos en poner tantas fronteras, que en lugar de hacernos más humanos, nos alejan de nuestra condición de seres inteligentes. Como canta Pablo no preguntemos para qué han venido, sino cómo y por qué han llegado.
Con solo esta canción merece la pena hacer un disco, pero El Mundo y Los Amantes Inocentes nos regala además la ardiente composición de Debería y La séptima mayor; que nos muestra el rostro del mundo en El mundo (utilizada en la serie "El Príncipe"), un mundo que acaba, que mata, que pierde; que en Lo saben mis zapatos, susurra una canción compuesta desde el amor y el silencio doloroso de la rabia contenida que supone haber estado profundamente enamorado y no haber tenido el valor de decirlo; que nos demuestra que en el amor Dos palabras, es el tiempo musical en el que se congeló la brisa; temas dinámicos e irresistibles como Canción prohibida y Se busca; canciones en las que nos podemos resguardar como El invierno nos guarda. Y un tema en el que Pablo rompe con todo pero es incapaz de romper con el amor: Romper con vos.
"Nos hicieron pequeños, nos soñamos gigantes, pobres gigantes, tan grandes que olvidamos el mundo" nos cuenta y canta el creador de Fuengirola. Como versaría Salvador Rueda, paisano suyo e ilustre poeta, el arte de Pablo López es una mariposa de cuatro alas, cuatro versos voladores para el espíritu canoro, para un ave musical con el nido del piano y, que desde un árbol de guitarra, se lanza al vuelo de la lírica para engendrar poesía, las sílabas puras que derraman trinos por surcos del corazón y pentagrama, aquellas que se enredan en la conciencia y el alma.