Anne Hathaway ha cambiado, inevitablemente, su rol en la industria de Hollywood. La edad no perdona y, aunque sólo cuenta con 32 primaveras en su haber, se ha visto relegada a posiciones de mayor madurez, a pesar de que su espíritu le sigue pidiendo papeles de chica jóven e inexperta. En una entrevista con Glamour UK, la camaleónica intérprete ha afirmado conocer la sensación del envejecimiento prematuro en la industria. "No puedo quejarme porque me beneficié de ello. Cuando tenía 20 años, quería conseguir los papeles escritos para mujeres de 50 años. Y ahora, que tengo 30 estoy como: ¿Por qué esa chica de 24 años ha conseguido ese papel?".
Al igual que Hathaway, otros intérpretes reclamaron su rol de eternamente jóvenes en pantalla, como hizo Maggie Gyllenhaal al revelar que fue rechazada por ser demasiado vieja (con 37 años) para ser el interés amoroso de un hombre de 55. Ante las evidentes comparaciones, Gyllenhaal no tuvo más remedio que aceptar y resignarse. Ante la obviedad de la noticia, Russell Crowe se pronunció, a principio de año, con unas palabras que no dejaron indiferente y en las cuales apoyó las bases del incipiente cambio generacional en la cantera hollywoodiense. "Si estás dispuesto a vivir en tu propia piel, puedes trabajar como actor. Si intentas pretender que aún eres joven cuando tienes mi edad, simplemente no funciona”, declaró el actor. La industria sigue evolucionando y los que antes regentaban lugares de alterne, vivian situaciones de acción desmedida o se encomendaban a la tutela de un padre en apuros, ahora deben adaptarse a su nuevo rol, un rol en el que encajen sin necesidad de maquillaje y una conducta sobreactuada.
A pesar de su rechazo ante la que parece ser una rúbrica del poder que posee la industria sobre sus piezas, Hathaway seguirá con su proyección natural. Por el momento, protagonizará, junto a Robert De Niro, El Becario, cuyo estreno está confirmado para el 30 de octubre de este mismo año.
