El fanatismo se define como la tenaz obsesión por un personaje, corriente artística o social, en concreto en el ámbito musical, este patrón de conducta se manifiesta de las formas más peculiares o estrambóticas, se ha dado casos incluso de padres que nombran al primogénito como el cantante o guitarrista de su grupo favorito o de personas que deciden dejar de pagar su alquiler para asistir al concierto.
Pero sin duda el caso más sonado se atribuye a un fan de la ex niña disney, Miley Cyrus, el cual lleva sobre su piel un total de 29 tatuajes, entre caras de la artistas y títulos sus canciones, habiéndose gastado para tal fin cerca de $4,500 dólares en perforar imágenes de su ídolo, al que supera en más de 20 años de edad.
En la mayoría de los casos, los fanáticos, a cierta edad, se arrepienten de sus obsesiones y errores de juventud y basta con esconder sus camisetas o deshacerse de las vergonzosas fotos que demuestran la pertenencia de los susodichos fanáticos a su respectiva tribu urbana.
En el caso de Carl, el obseso y tatuado fan de Miley Cyrus, a sus 42 años de edad, ha recapacitado y tras invertir $4,500 dólares en su personal cruzada, ha de invertir más de el doble en borrar sus tatuajes, por suerte, el programa británico Tatto disasters ha accedido a pagarle el tratamiento a cambio de hacer pública su historia.
