Entrevista. José Coronado: "Secuestro es una historia brutal"
Entrevista. Jose Coronado: "Secuestro es una historia brutal" (Foto: josecoronado)

Con el objetivo de realizar una entrevista a uno de los actores más respetados del país, me desplazo a Can Viver de Torrebonica, una antigua masía catalana reconvertida siglos después en un sanatorio de estilo novecentista. Actualmente luce un aspecto de edificio abandonado que pone los pelos de punta. Sin embargo, es allí donde está teniendo lugar parte del rodaje de Secuestro, la nueva película de Rodar y Rodar que protagoniza Blanca Portillo. Tras cruzar un siniestro pasillo, llego a una pequeña sala invadida por la oscuridad, pero la habitación se ilumina cuando de repente, entre mugre y paredes destartaladas, aparece una cara familiar: la del actor Jose Coronado (57).

Ningún elemento espeluznante del entorno, sin embargo, priva a este hombre de su inherente apariencia de seductor. Su pelo canoso, reflejo de la experiencia, lejos de quitarle atractivo le aporta, si cabe, mayor interés. Intuyo que quizá se deba a ese aura de galán de cine español que le rodea. Y a pesar de sus intentos por desligarse de este sambenito apostando por papeles de poli malo y tipo duro, dicha etiqueta todavía le persigue.

El oficio del actor, o cómo estar en la cumbre

No obstante, él deja constancia inmediata de que tiene intereses más humildes. "Yo lo que busco es ganarme el pan como cualquiera y vivir dignamente de esto", me confiesa asertivo, clavándome su cautivadora mirada como para recalcar la honestidad de sus palabras.

"Mi papel es corto pero intenso. Soy el bueno de la película, que ayuda a la protagonista a resolver sus problemas."

Pronto descubro que Coronado es natural, apasionado y cercano. Considerado como uno de los mejores actores del país, en su filmografía destacan títulos como El cuerpo, La caja 507 o la popular serie Periodistas. El gran reconocimiento le llegó hace tres años, cuando conquistó el Goya al Mejor Actor por No habrá paz para los malvados.

En la actualidad el artista pasa por un momento profesional realmente dulce, ya que últimamente le ofrecen proyectos "muy interesantes" con "directores estupendos". Por ese motivo declara sentirse "muy afortunado, muy agradecido a la vida. Intentando estar a la altura, dando lo mejor de mí para que no se acabe la racha". Y parece que de momento no se le va a acabar porque, a una semana de finalizar el rodaje, Secuestro ya huele a futuro éxito en taquilla.

Misterioso 'Secuestro' donde nada es lo que parece

Mientras llevo a cabo la entrevista, descubro que la sala contigua forma parte de uno de los decorados del filme. Sin embargo, el secretismo que envuelve el proyecto prohíbe dar detalles al respecto: "Es muy difícil vender esta película porque no podemos hablar, porque es una peli de Oriol Paulo, con quien yo hice El cuerpo, que va en esa línea, y es sorpresa continua", advierte desde el principio.

Jose Coronado en El príncipe
Jose Coronado en la serie 'El príncipe' (Foto: josecoronado)

"Secuestro es un thriller puro y duro que se sustenta en la intriga y el suspense" y donde "nada es lo que parece", señala con misterio. La película está dirigida por la veterana Mar Targarona, productora de algunos de los largometrajes españoles de mayor renombre de los últimos años, como Los ojos de Julia o El orfanato. "Es una historia brutal", asegura el actor, antes de revelar que además de estar repleta de los giros argumentales propios del género contiene "una parte emotiva en la relación madre e hijo".

"Todo empieza con el secuestro del hijo de la protagonista", Patricia, una prestigiosa abogada interpretada por Blanca Portillo, actriz con quien Coronado ya había trabajado en la serie Acusados. Aunque finalmente logra recuperar a su pequeño, ella no se da por satisfecha y "quiere dar un escarmiento" a quien considera responsable, tomándose de este modo la justicia por su mano.

"Ahora puedo entender más sobre mi profesión, y por tanto tener más olfato para saber lo que es bueno y lo que es malo."

A pesar de la ineludible discreción, el actor ha podido proporcionar algunos detalles acerca de su personaje, Raúl, cuyo papel describe como "corto pero intenso". "Yo trabajo en el puerto y siempre he estado metido en negocios turbios con especímenes un tanto delictivos", cuenta animado. De este modo y aprovechando que ambos personajes tuvieron una relación diez años atrás, "ella acude a mí para que mande a dos matones a dar una paliza al presunto secuestrador". En un intento de defender a su personaje, el madrileño trata de disipar sospechas prematuras sobre su posible culpabilidad: "Soy el bueno de la película, que ayuda a la protagonista a resolver sus problemas".

Mar Targarona, productora ejecutiva de la consagrada compañía Rodar y Rodar, ya trabajó con Coronado en El cuerpo, pero en aquella ocasión ocupó el rol de productora. Por lo tanto, decido consultar al actor sobre los aspectos que destaca de ella en la dirección: "Que te deja trabajar muy a gusto", responde sin dudar. Y a continuación agrega que Targarona "tiene la peli perfectamente ordenada en la cabeza, y la inteligencia suficiente para tener la humildad de escuchar a la gente, y así, no saliéndose de lo que ella tiene pensado, poder incorporar cositas a su trabajo".

Sin punto de meta

Cuando le pregunto cómo cree que ha cambiado su carrera a lo largo de los años, Coronado reconoce: "Ahora puedo entender más sobre mi profesión, y por tanto tener más olfato para saber lo que es bueno y lo que es malo". Por otro lado, asegura que la experiencia le facilita el hecho de saber distinguir directores, "los que son buenos y los que no".

"Yo estaba en la flor de la vida y a nadie le amarga un dulce", recuerda Coronado.

Entonces, intrigada ante este último comentario, trato de averiguar con qué director desearía trabajar en el futuro, a lo que me contesta efusivo: "Muchos. Amenábar, me apasionaría, por encima de todos. Hay muchos. Ahora voy a trabajar con Alberto Rodríguez (La isla mínima), que me apetecía también muchísimo". Aunque antes de que eso suceda, tiene pendiente el estreno de Solo química, mientras que también podemos disfrutarle ahora mismo en la pequeña pantalla con la segunda temporada de El príncipe.

Considerando su amplio bagaje, indago sobre los aspectos que más le apasionan de su profesión. Para responderme, Coronado toma una actitud reflexiva que vuelve a acentuar ese aire de seductor empedernido innato en él: "Te permite aprender de muchas vidas diferentes y enriquecerte personalmente de los personajes que construyes. Por ejemplo, cuando hice la serie Código Fuego", añade retrospectivo, "estuve dos meses con los bomberos apagando fuegos, y todo eso son cosas que te enriquecen. Es un valor añadido que me da esta profesión", concluye.

Pretérito Coronado, futuro Coronado

Ante todo Coronado da la impresión de ser un hombre sencillo, nada presuntuoso, y así lo corrobora cuando habla de su filosofía. "Más que lucir como actor, a mí lo que me gusta es levantarme, conducir por la mañana y venir a trabajar, divertirme con mis compañeros".

Su saber estar y cercanía durante el diálogo se manifiestan en cada palabra que emite, en cada uno de sus gestos, y afirma que estas cualidades tienen origen en "la tolerancia y el respeto, que son principios que te inculcan desde pequeño y con los cuales yo siempre he vivido. Así es como me muevo en la vida".

Y es que Coronado ha experimentado una evolución no solo como actor, sino también como hombre. Lejos han quedado aquellos años donde protagonizaba las portadas de las revistas del corazón, los cuales hoy recuerda con distinta mirada: "Yo estaba en la flor de la vida y a nadie le amarga un dulce. Lo que no he hecho nunca es jugar a eso", reflexiona introspectivo.

Un comentario que hace rememorar nuevamente aquel rol de galán, no de la ficción, sino de la vida real. "Al principio hasta me hacía gracia", continúa. "Pero eso pasó. Hace ya veinte años que vivo muy a gusto, nadie me persigue". Y así regresa al presente, al Jose Coronado maduro, ese que sigue luchando por liberarse del galán.

Su hijo, Nicolás Coronado, participa actualmente en la serie Águila Roja, e intenta compaginar su talento en las bellas artes con la interpretación y el modelaje.

Pero, ¿cómo se protege de la fama un actorazo de esta categoría? "¡No creyéndomela!", responde divertido, aunque convencido. El artista considera que el término famoso "se ha desvirtuado" en las últimas décadas: "La fama es para mí de los mayores peligros de esta profesión. Porque realmente te puede trastocar". Por esa razón asegura que él trata de olvidarse "de lo que dicen, de si eres o no eres. A mí lo que me importa es el día a día, mi trabajo e irme a la cama contento con lo que he hecho".

Y probablemente estos son los mismos principios que ha inculcado a su hijo Nicolás, que con 27 años participa en la séptima temporada de Águila Roja y al que es posible que el lector haya advertido recientemente en el anuncio de una conocida marca de helados.

Sobre el hecho de que quiera seguir sus pasos, el padre opina que el mundo de la interpretación "está muy difícil. Cuando yo empecé éramos cuatro gatos", pero considera que ahora "hay mucha más competencia". Por otro lado, también confiesa que intenta cargar a Nicolás "de las mayores dosis de humildad", y se muestra rotundo con su condición de hijo de: "Esto se gana trabajando, no por enchufes".

Lo que está claro es que hay Coronado para rato. Padre e hijo. Y si el primero logra deshacerse de la innombrable etiqueta en el futuro, quizá el segundo le suceda tomando un digno relevo. Sea como sea, ¿acaso importa? Galanes hay muchos. Jose Coronado, solo uno.

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