Pablo Alborán es uno de los más deseados por el público español. Con sus canciones repletas de sentimiento y pasión conquista a miles de fans alrededor del mundo, y una prueba de ello es el éxito de su tour mundial, el Tour Terral 2015, que ha pasado en los últimos meses por ciudades como México DF (México), Paris (Francia), Bucarest (Romania) o Lisboa (Portugal).
Además, la gira que se encuentra ahora en España cuelga el cartel de "completo" en muchas de sus paradas, tal y como ha ocurrido este fin de semana en la Plaza de Toros de Las Ventas, en Madrid, donde el cantante ha deleitado a miles de fans ansiosas de verle.
El cantante malagueño arrancó con algunos de los temas de su último álbum, Terral. Está Permitido, Un Mundo Mejor o Pasos de Cero, con los que hizo saltar y bailar a todos los allí presentes.
Un piano apareció en el escenario para que Ecos sonara de la mano de Pablo, seguido por Recuérdame. Así se fueron sucediendo los éxitos del último álbum, pero tampoco podían faltar algunos de los más escuchados de los dos discos anteriores.
Se arrodilló para darlo todo con Tanto y se subió la camiseta con su Éxtasis. Dejó al público corear Solamente Tú al unísono sentado con guitarra en mano e hizo saltar a todos con Volver a empezar.
En su tercera noche, la del sábado, varios fueron los invitados que pasaron por el escenario. Bebe entonó Por Fin junto con Pablo y para Perdóname no pudo faltar la portuguesa Carminho. Aunque sin duda, el dueto más ovacionado fue en Quién, para la cual Alejandro Sanz subió al escenario dispuesto a deleitar a todos los asistentes.
Alborán tocó el piano y la guitarra, pero también el cajón, en un "pique" con uno de sus músicos, e incluso los bongos al final de la velada. Además, no pudo faltar una bulería con el que el cantante se mostró orgulloso de sus raíces andaluzas.
Despídete y Vívela sonaron al final de las tres noches tras lo cual se despedía con un ‘gracias’ en una pantalla gigante.
El ritmo de Pablo Alborán llegó a Las Ventas para levantar a la gente y desatar la locura con su movimiento de caderas. El malagueño demostró que solo con su voz y una guitarra se puede brillar a lo grande.
