Green Day, Nickelback, Blink 182, o McFly son solo algunas de las influencias de 5 Seconds of summer que sonaron durante la previa al concierto mientras pista y gradas se llenaban con cuentagotas. Los más rezagados llegaron incluso después de que los teloneros, Hey Violet, terminaran su actuación. El Barclaycard Center, con un aforo de 16.000 personas, quedó casi completo durante los últimos segundos de descanso antes de que los australianos salieran a escena.
La gran cuenta atrás mostrada en la pantalla fue el primero de muchos emocionantes momentos a lo largo del concierto. Tan sólo sonó la batería de Ashton Irwin. Durante un instante, se intuía que el músico estaba detrás de una gran pantalla, pero no había rastro de los otros tres componentes. Tras una entrada de ritmo magistral, Luke Hemmings, Michael Clifford y Calum Hood hicieron su aparición, arrancando todavía más ovaciones que la cuenta atrás.
La canción inaugural fue End Up Here, canción que compusieron junto al cantante de All Time Low, Alex Gaskarth. Entraron directamente, sin una palabra. Los tres que se situaban frente al público se concentraron en sus instrumentos mientras Ashton se elevaba, literalmente, hacia el cielo.
Seguidamente llegó el turno de la nostalgia. Todavía sin decir una palabra, sonaron los primeros acordes de la guitarra de Luke: ya estaba aquí Out of my limit, su primera canción oficial. A continuación interpretaron su mayor éxito de los duros comienzos, Heartbreak Girl, su primer video que sobrepasó el millón de visitas (ahora ya lleva más de 30)
Y por fin hablaron. Se presentaron, encantados de estar en Madrid, extasiados todavía del subidón que supone una primera gira mundial. Madrid era tan sólo la segunda parada, y la adrenalina que despedían los cuatro era más que palpable.
Las cámaras del escenario captaban a la perfección todos y cada uno de los movimientos que hacían con los instrumentos, interpretando con una soltura y profesionalidad envidiables para tratarse de jóvenes de menos de 20 años.
Uno de los momentos cumbre del concierto fue sin duda la presentación de una nueva canción, probablemente el que será el primer single de su próximo disco. Hasta su actuación en Lisboa, dos días antes, la canción era un secreto, pero varias fueron las voces que ayer supieron que se acercaba Permanent Vacation cuando Mike comenzó a dividir el recinto por secciones. Todo sería un juego: su sección haría los primeros coros (na, na, na), la parte central, guiada por Luke, daría palmas al ritmo, y la sección de Calum también cantaría (hey, hey).
Con público y músicos unidos, Permanent Vacation se presentó en Madrid. Conquistó, desde luego, con su ritmo pegadizo y su gran cantidad de rimas. Dejó la miel en los labios para las miles de fans que ya sueñan con un segundo disco de 5 Seconds of Summer, porque el aperitivo fue exquisito.
El concierto prosiguió con mucha interacción con el público. Se atrevieron con alguna palabra en español ("Uno caña, por favor"), y bromeaban con soltura entre ellos y con el público, que parecía no tener ningún problema en entenderles. Luke, Mike y Calum se movían libremente por el escenario, provocando el griterío de la pista y las gradas, mientras que Ashton seguía con el juego de la batería, con el sube y baja particular de su plataforma. Para no estar en la sombra, fue el encargado de hablar e introducir muchas de las canciones que vinieron después. Las enormes pantallas mostraron de cerca todos sus movimientos, expresiones, y reacciones ante el público, haciendo la velada cercana incluso para quienes estaban más lejos.
Cuando la iluminación cambió drásticamente, y Calum se adelantó con su bajo al borde del escenario para pedir silencio, ya se sabía que comenzaban las baladas rock. Wrapped around your finger, Amnesia, Beside You y Everything I didn’t say se sucedieron una tras la otra con la compañía de miles de linternas moviéndose a la vez, componiendo un paisaje romántico y emotivo. En la primera de ellas, Michael hizo gala no sólo de su voz, sino de su maestría con la guitarra.
Por variar el registro, preguntaron al público si Green Day les sonaba de algo, y acto seguido sonaron los primeros acordes de American Idiot, que desataron la locura total después del “bajón” anterior. La versión, incluida en uno de sus EP, alcanzó todas las expectativas que podría tener hasta el mayor fan del grupo de Billie Joe gracias a la buena base musical.
La tríada final, sin duda, tenían que componerla tres de sus mayores éxitos: She looks so perfect, Good Girls y por último What I like about you, la cual es un auténtico deleite escuchar en directo.
Son cuatro jóvenes emprendiendo su primera gira mundial como cabezas de cartel, y pese a que hay quienes todavía tienen prejuicios contra ellos y los infravaloran, su talento es innegable, aunque aún les queda mucho por vivir y aprender. Algunas de las canciones sonaban exactamente igual que la versión estudio, aunque con variaciones de tono y repeticiones que demostraban que era un auténtico directo. Las que no sonaban igual, sonaban mejor. La cámara incorporada en el mástil de la guitarra de Michael ofreció planos espectaculares de los complicados acordes y riffs, Ashton manejaba la batería con la misma maestría con luz que con oscuridad absoluta, y Calum y Luke demostraron que eran más que capaces de cantar sin desentonar, desgarrar la voz, y la vez ofrecer solos musicales envidiables.
El concierto no alcanzó las expectativas puestas en él: las sobrepasó. Su alto valor como artistas es imposible de desacreditar después de su paso por Madrid, y todo el mundo debería saberlo.