Que la 18º edición del Festival de Málaga va de óperas primas no es algo nuevo. En este marco hemos sido testigos del bautizo como directora de la actriz Leticia Dolera (Requisitos para ser una persona normal) o del guionista Alejo Flash (Sexo fácil, películas tristes). Por eso no nos ha extrañado ver en la programación de su séptima jornada dos títulos con directores noveles de nuevo marcando el paso de la sección oficial. Eso sí, hasta ahora ninguno había dejado tan buenas impresiones como estos dos "novatos".
Uno de ellos ha sido Daniel Guzmán, intérprete conocido principalmente por sus trabajos en la pequeña pantalla, que se ha lanzado a escribir, producir y dirigir su primer largometraje de ficción titulado A cambio de nada. El drama, la denuncia social y el humor se entremezclan en un paquete sencillo y directo a la empatía del espectador que descubrirá el lado más personal del artista.
Daniel Guzmán: "A mí el cine me ha dado otra oportunidad"
"Hoy es un día muy especial en mi vida", afirmaba emocionado nada más empezar la rueda de prensa. Y no era para menos. A cambio de nada, en el que retrata la historia de un joven problemático con padres separados que decide abandonar su casa tras ser expulsado del instituto, le ha restado una década de su vida.
Sin embargo, todo ese esfuerzo se ha visto recompensado en un producto casi autobiográfico que le ha servido para redimirse como persona: "A mí el cine me ha dado otra oportunidad. A través de esta película me he quedado en paz con muchas cosas mías", explicaba a los medios ante la atenta mirada de su abuela Antonia Guzmán, quien forma parte del reparto con 93 años.
Al igual que Daniel Guzmán debuta en la silla de dirección, los jóvenes Miguel Herrán y Antonio Bachiller lo hacen en la interpretación. Junto a ellos podemos ver a intérpretes de más largo recorrido como Miguel Rellán, Patricia Santos o Luis Tosar, que encarna al padre del protagonista; un papel pequeño pero del que se siente muy orgulloso: "Ha sido una versión muy cortita pero ha sido muy placentero. Trabajar con noveles te da autenticidad en la historia".
A cambio de nada se estrena en el resto de salas españolas el próximo 8 de mayo. Ojo, porque esta película huele a Biznaga y de materializarse las sensaciones sería un premio más que merecido para una ópera prima sobresaliente.
Natalia de Molina, una madre sobre las cuerdas
Y de un drama social con tintes de comedia, pasamos a un dramón de esos que sales con el nudo en la garganta tras su proyección. Hablamos de Techo y comida, largometraje de Juan Miguel del Castillo que ha presentado sus credenciales este jueves para la Biznaga de Oro.
Natalia de Molina se postula como favorita al premio a mejor actriz con este drama de denuncia social
Protagonizada por una soberbia Natalia de Molina, a las que muchos ya sitúan en las quinielas a favorita al premio a mejor actriz (donde ya se encuentra Juana Acosta por Tiempo sin aire), Techo y comida relata la vida de Rocío, una joven madre soltera y sin trabajo que malvive en Jerez con su hijo de 8 años en un piso de aquiler que no pueden pagar. Pronto recibirá una orden de desahucio que pondrá al límite sus emociones.
"Cuando se decía que 'España iba bien', allí nunca era así. Lo he mamado dede chico y quería contar eso, tengo gente muy cercana que lo está pasando mal", contaba su director Juan Miguel del Castillo, el cual quiso dejar claro que, como su historia, la producción ha sido humilde dado que no ha contado con el apoyo de subvenciones e instituciones oficiales.
