Algunos lo llaman "el ermitaño del pop", otros lo han catalogado como una extraña mezcla entre Quique González y Albert Plá, y otros simplemente se han dejado llevar y se han maravillado con su obra, que sin duda ha imprimido un aire nuevo al ambiente indie nacional.
Desde que en febrero de 2014 publicara su primer álbum Camino Ácido este santanderino afincado en Madrid no ha parado de crecer. A pesar de rehusar las entrevistas y las apariciones en los medios ha conseguido estar en los carteles de los festivales más punteros de este verano como son el Arenal Sound y el Contempopránea, donde presentará su nuevo EP que estrenó este mismo año titulado Cuatro truenos cayeron el cuál se ha puesto a la venta en vinilo 10 y en edición limitada.
Con una voz que navega entre el susurro y el gruñido, unas letras que te pueden transportar desde el interior de cualquier película de los hermanos Cohen hasta acercarte a la más cruda realidad con sutiles metáforas de crítica social, todo esto recubierto por guitarras cercanas al country y al folk que funcionan como un perfecto envoltorio para todo su conjunto, hace que nos encontremos con uno de los artistas con más proyección del panorama nacional.
Un tema de su nuevo EP Cuatro truenos cayeron.