Este relato, además de exponer un punto de vista muy particular sobre la relación “maestro-discípulo”, es principalmente una película sobre la música como verdadera protagonista: música desde quienes la enseñan, música desde quienes la aprenden, música desde quienes la escuchan y sobre todo, música desde quienes la viven. La música en este filme no solamente es evidente en términos del ritmo del montaje o los valores de plano –en los que se da prelación a los instrumentos musicales y su ejecución– sino que en realidad, Whiplash es la representación del poderoso influjo que puede tener la música en la vida de un ser humano.
Sobre esta película existen opiniones encontradas, sin embargo, no por nada ha sido incluida en los listados más representativos del 2014, en especial por la interpretación J. K. Simmons en el papel del maestro cruel e implacable, la cual le ha valido el Globo de Oro al Mejor Actor de Reparto en Cine y lo configura como fuerte candidato en los Premios Óscar.
A pesar de haber logrado la nominación a Mejor Película en los premios de la Academia, algunos sectores de la crítica consideran que Whiplash probablemente no pase a la Historia como una gran obra completa y total porque quizás, contar este tipo de relatos implique que las tramas, sub-tramas y demás artificios mediados por una lógica estructurada y racional, estén en un segundo plano para que la presencia formal y narrativa de la música –y qué música– se luzca y brille como lo merece. De todas formas, esta es una invitación a dejarse poseer por el espíritu del jazz hasta que el pie siga el ritmo por inercia y así, al salir de la sala de cine, el hechizo de esta música persista más allá de la rutina y la vida misma.
Título: Whiplash.
Director: Damien Chazelle.
Año: 2014.
País: Estados Unidos.
Reparto: Miles Teller, J. K. Simmons, Paul Reiser, Melissa Benoist, Austin Stowell y Nate Lang.
Tráiler: