Pasión Vega lleva dentro una Chavela, porta en un rincón del alma a María Dolores Pradera y su corazón bombea recuerdos de Carlos Cano, de ahí este disco de la maravillosa intérprete vocal malagueña, intérprete porque Pasión no solo canta con una voz preciosa, sino que interpreta cada nota, cada letra, para convertir, un tema, una canción en una pequeña obra acústica que transmite una historia de vida.
Porque como el maestro y añorado Carlos es memoria viva y sentimental de la copla, los sonidos de las horas detenidas. Por esa razón, por esa vinculación eterna entre ambos, Pasión ha levantado un monumento de notas cantadas a Carlos Cano con su último disco: Pasión por Cano, un disco compuesto por doce canciones emblemáticas del repertorio del cantante granadino que servirán para rendirle un emotivo y sentido homenaje. Y nadie podía hacerle un homenaje mejor que Pasión, porque si algo tenían en común ambos era la credibilidad que le daban a la copla, la verdad con la que era cantada esa canción popular.
En Pasión digna heredera del legado de Carlos se identifica ese valiosísimo concepto del silencio y del refinamiento, cantar copla con un sonido actual respetando el espíritu de la misma no es nada fácil y Pasión tuvo un gran maestro. Armonía, música y acordes puros, el sonido justo e idóneo, la sencillez y limpieza de una voz quizás un poco más barroca que la de Carlos, pero que busca igualmente esa verdad, esa hondura cultural que transmitía el maestro granadino. Y desde este punto de admiración y aprendizaje, esta Katharine Hepburn de la canción da fe de unas palabras que escribió Antonio Gala en uno de los discos de Carlos, que decían que si no se avanza recordando se tropieza.
Justo lo que hace Pasión en este disco, avanzar recordando a uno de los mejores intérpretes de la copla, aquel que le dio un nuevo sonido y con el que aprendimos mucho de ese vasto universo de la canción popular, que cobró otra dimensión con su voz, alejándose de los tópicos y los clásicos estereotipos. Ahí radica la clave, el punto de nexo y unión de estos dos cantantes, la copla suena distinta pero sin perder un ápice de verdad, esas historias del relato costumbrista hechas canción.
Pasión es una cantante sumamente valorada, que goza de un elevado reconocimiento artístico, no en vano en su forma de cantar, de interpretar se identifican influencias de cantautores como Serrat, Cano, Ruibal, tangueros como Gardel, la música de raíz popular experimenta un profundo mestizaje en su voz, pues Pasión es copla, fado, bolero, tango y canción de autor. Como dice Sabina lleva un viejo dentro, pero ello no le impide sonar absolutamente a nuevo, hija adoptiva de Gades ha bebido de las más puras esencias gaditanas y sus sabias piedras ostioneras, brillando con composiciones de Martínez Ares y Jesús Bienvenido.
Desde que en 1993 sacó su primer disco en vinilo, Estos detalles, se ha atrevido con todo, jazz, flamenco, klezmer, fado, music hall, blues, habaneras, ritmos latinos, clásicos, tangos, fados, pop y por supuesto copla. Por ello Pasión llega a tanta gente, porque en sus hasta ahora catorce discos ha salido airosa y triunfante por casi todos los palos de la música que ha querido cantar, demostrando que es una artista inconmensurable.
Pero Pasión le debía este disco a Carlos porque posiblemente nadie le hizo sentir ni aprender tanto como él, su personalísima forma de interpretar es directa influencia suya. La producción es obra del compositor Fernando Velázquez, y Pasión canta las canciones de siempre del maestro y redescubre otras que son joyas que no pueden quedar en el olvido. Tras quince años de ausencia de Carlos, ambos se reúnen en el volcán atlántico para regresar a la copla. Para cantar Habaneras de Cádiz una vez más, para vestirse de María la portuguesa.
Doce canciones para avanzar recordando, Danzón del corazón, Dormido entre rosas, La reina del blues, El último bolero, Alacena de las monjas, Sonata de la luna en Marrakesh, Luna de abril, Esperando las golondrinas, y Romance a Ocaña, cerrando con Aires de cuna, en la que podremos escucharla cantar junto a María Dolores Pradera, una composición cantada con alma y para Alma, su pequeña. Y un tema inédito titulado Soy del Sur compuesto por Antonio Martínez Ares, en el que se describe una crónica de la España en la que creció Carlos y desarrolló su carrera, la España y la Andalucía de hoy, con todas sus luces y sombras. La personalidad crítica e inconformista de ese cantante que encerró en sus canciones el color de la vida y la copla, su gran Pasión, pasión por Cano, pasión por Vega.
