La idea inicial que hizo posible El Príncipe surgió de una noticia que Aitor Gabilondo, productor, guionista y co-creador de la serie leyó hace años. Este recorte de periódico narraba cómo –con el fin de recabar información– se infiltra a agentes secretos en barrios y zonas de conflicto donde la población está compuesta por una mayoría de musulmanes y la policía no es bien recibida.
Por otro lado, los orígenes de Gabilondo lo sitúan en el País Vasco, una región muy ‘tocada’ por la presencia de ETA. Según cuenta, fue precisamente esto lo que le hizo interesarse por el yihadismo. Además, confiesa que antes de embarcarse en esta aventura no tenía “ni idea” del mundo musulmán ni de toda su repercusión: “fue un aprendizaje para mí, descubrí que eran personas como nosotros y con las que teníamos mucho en común”.
Es más, en su opinión, la clave del éxito radica precisamente en hablar de esta cultura: “nociones como la yihad o el velo estaban en la cabeza de todos, pero ninguno sabía concretamente su significado. Con la serie, la gente ha podido enderezar y clarificar esos conceptos.”
Telecinco temía que los espectadores no empatizasen con una familia musulmana
El Príncipe ha sido “una aventura tremenda, pero también muy difícil”. En el transcurso de una charla organizada por la Asociación Demos en la Universidad Carlos III de Madrid, Gabilondo contó además lo que muy pocos saben: esta serie fue rechazada en un primer momento por todas las cadenas de televisión españolas. Ni Telecinco ni Antena 3 quisieron hacerse con ella. Tampoco TVE ni Canal Plus. Consideraban que el guión era bueno, pero la historia trataba un tema algo arriesgado y polémico que podía no ser bien recibido por los espectadores. Esto, en su opinión, demuestra que "en televisión nadie sabe dónde se esconde un éxito".
Por supuesto, quienes hacen posible El Príncipe tenían algo claro: la familia protagonista debía ser musulmana. Gabilondo está convencido de que hay muchos prejuicios en España y Telecinco no sabía cómo iba a empatizar el espectador con unos personajes de una cultura tan diferente. “Pero, a pesar de todo, al final lo logramos”, cuenta complacido.
Al productor no le cabe duda de que esta ficción hubiera sido muy distinta de haberse emitido en otra cadena: “en Antena 3, por ejemplo, la serie hubiera sido mucho más tradicional, más centrada en la familia de Fátima Ben Barek”. Corrobora, además, que Telecinco es el canal que más arriesga en sus ficciones, lanzándose a hacer cosas a las que otros no se atreven.
En el primer borrador los personajes que se enamoraban no eran Fátima y Morey
Pese a todo, la cadena de Mediaset no se lo puso nada fácil. De primeras, su consejero delegado, Paolo Vasile, instó a los productores a emprender algunos cambios en el guión. “Querían que la historia de amor (que en un principio se cocía a fuego lento y constituía una subtrama) ocupase un lugar principal y avanzase más rápido”, relató el co-creador, y procedió a explicar lo que sucedió después: “entonces hicimos que los protagonistas se enamorasen; en un principio, la historia de amor no era entre Fátima y Morey sino entre otros dos personajes que dejaron de existir”.
"Hemos levantado un mundo"
Gabilondo es consciente de que los productores españoles no tienen el recorrido de las series americanas, pero sí puede decir satisfecho que Benítez y él han levantado un mundo. En España se han hecho muchas series en las últimas décadas, pero “casi todas familiares y de corte costumbrista”. Lanzar una ficción policiaca, con agentes secretos infiltrados y un conflicto de culturas era, en palabras de sus creadores “un auténtico reto”. La primera necesidad, claro está, fue documentarse a fondo para entender cuestiones que a la mayoría de los españoles pillan algo lejos: cómo se desenvuelve un musulmán, de qué manera habla un narcotraficante o cómo se vive el amor al otro lado del Estrecho.