Segunda jornada de los Conciertos de la Volvo Ocean Race y por primera vez se colgó el cartel de "No hay entradas". Vetusta Morla estaba destinada a ser la banda que más generación levantase en los cinco días de conciertos. Y así lo hizo, nadie quería perderse este concierto, ya que los alicantinos han tenido que esperar más de cinco años para volver a ver al grupo de Tres Cantos.
Pero la espera mereció la pena. Los madrileños comenzaron con "La Deriva", una de las canciones más aclamadas, y con ese directo eléctrico, característico y que enamora, se ganó al público desde el primer momento. Y a partir de ahí, la conexión fue perfecta, parecía que el mundo se acababa en esa noche y no existía nada más allá que el concierto de Vetusta Morla. La banda podía hacer lo que quisiera, porque tenía a unos oyentes metidos en el bolsillo. Y lo que hicieron fue ponerlos a saltar, bailar, y cantar sus canciones, conociendo sus letras a la perfección.
Una vez abierto el concierto con canciones como "Golpe Maestro", "Fuego" y "La mosca en tu pared". Todo trabajos de un último disco más intimista, más cercano y que narra experiencias que a la banda le han tocado mucho más de cerca. Posteriormente, los temas que irían llegando serían de sus dos anteriores discos, "Un día en el mundo" y "Mapas". Canciones que todos los asistentes conocían y provocaban el éxtasis entre ellos y la banda, "Sálvese quien pueda" y "Valiente" generaron uno de los momentos más eléctricos de la noche. Mientras que "Copenhague", "Maldita Dulzura" y "Lo que te hace grande" hicieron que la relajación llegara hasta Alicante, simplemente para escuchar estas canciones tan personales.
Finalmente, la música seguiría sonando durante dos horas que fueron demasiado cortas para alguno. Así que el final del concierto llegó, y lo hizo mediante un tono todavía más crítico, del que ya de por si se mantuvo durante toda la noche. Pero esta vez lo ejecutaría con "El hombre del saco" y compartiendo con la gente que deberían de ser felices, que por eso han venido hasta el mundo y que por muy complicada que a veces se vea la vida, siempre "hay esperanza en la deriva".