Bienvenidos al embriagador mundo de Wes Anderson, si algo queda claro viendo esta película es que este director ha creado un mundo particular que provoca que todo el mundo que ha visto alguna película suya puede reconocer su impronta incluso sin saber de antemano que esta película es de este director. Básicamente El gran hotel Budapest sintetiza en poco más de 90 minutos todo lo que ha ofrecido el gran Anderson en su filmografía e incluso añade algún matiz nuevo.
Esta película es un trayecto, un viaje profundo apasionante y encantador a todo lo que evoca el cine de este director. Posee una atmósfera cautivadora y arrebatadora, una estética apabullante que abruma ante la belleza que destila rozando la perfección. En momentos de la película el espectador se introduce tanto dentro de ese mundo que olvida prácticamente la historia que lo acompaña, es como viajar con la mente en una montaña rusa llena de colores y maravillas por descubrir.
La historia que cuenta la película podría ser perfectamente usada en una película de cine negro, tanto actual como clásica, pero Wes Anderson la trata de manera totalmente diversa y la aporta matices que la alejan de una forma diametralmente opuesta de ese género, además introduce hechos históricos que transformaron Europa en la primera parte del siglo XX. La trama está fragmentada en pequeños episodios que forman una historia global .El gran hotel Budapest usa humor muy fino pero a veces exagerado hasta caer el absurdo en diversas situaciones, no obstante lo más importante de esta comedia no es ni su historia ni su humor, es mas bien todos los sentimientos y emociones que evoca en cada espectador que ve la película.
Estéticamente casi perfecta
La película ofrece otro aspecto interesante a analizar, cada plano, zoom o movimiento de cámara y música de acompañamiento dota al film de personalidad y todo ello junto a la fotografía crea una especie de caja de Pandora audiovisual. En ella se crean subniveles por lo que el espectador se encuentra extasiado ante tanta cantidad de recursos visuales que los llega incluso a separar de la historia por lo que es una película que quizás merece más de un visionado para abarcar toda su extensión.
Otro pequeño guiño de la película( de los muchos que tiene) al cine anteriormente realizado por Anderson se da en los trayectos en tren, en los que los planos tanto interiores como exteriores recuerdan bastante a algunos utilizados en su película Viaje a Darjeeling (2007) , en la que también participa Adrien Brody. Además algunos de los planos de la película como algunas introducciones de algunos de los episodios recuerdan a Moonrise Kingdom (2012)
Un matiz nuevo que aporta Wes Anderson a esta película es el cambio de formatos de pantalla en la que cuenta la historia, a medida que avanza la película la pantalla se estrecha y alarga dependiendo de la historia que cuente y en que año está ambientada, hay momentos en los que alcanza un formato similar al 4/3 pero va cambiando a lo largo de la duración de la película.
Gran reparto durante todo el metraje
Otro aspecto importante y casi capital de El gran hotel Budapest es su reparto de calidad, tanto en personajes principales como en secundarios, aunque el peso argumental de la mayoría de la película recae sobre todo en Ralph Fiennes y Tony Revolori, están acompañados por un elenco de actores que, a pesar de su calidad interpretativa, a veces solamente tienen una participación testimonial como Bill Murray. Aparte de los ya nombrados aparecen nombres tan importantes como Jude Law, Willem Dafoe, Edward Norton y Adrien Brody entre muchos otros, algunos de ellos son conocidos por salir en series de éxito con papeles más o menos importantes.
En definitiva una película que hará las delicias de los amantes del cine de Wes Anderson, pero puede que quizás no satisfaga los amantes de otro tipo de películas, quizás hay que preguntarse si el cine de este director está hecho para “la mayoría de la gente” o solo para personas que buscan este tipo de películas, una cosa está clara El gran hotel Budapest quizás no sea un ‘blockbuster’ pero ni falta que le hace
