Que el cine español está en auge en los últimos tiempos es ya algo más que un acontecimiento pasajero. Éxitos como El niño y Ocho apellidos vascos lo certifican, pero que el séptimo arte hecho en casa pueda optar a lo máximo se convierte en una ardua tarea.
Alberto Rodríguez ha sido el creador del que posiblemente sea el mejor largometraje que se ha elaborado dentro de nuestras fronteras en los últimos años. Una combinación de pequeños detalles que han dado lugar a un todo muy poderoso que encandila desde el inicio hasta el final. Pieza a pieza el director contruye un puzzle digno de enmarcar.
Una historia elaborada con maestría, acompañada de una banda sonora y unas localizaciones dignas de cualquier superproducción de la factoría americana. Sí, esa industria a la que tanto comparamos con nuestro cine y a la que demostramos que podemos igualar en calidad con el único factor que no depende de las subvenciones económicas, el talento.
Talento que descubrimos a lo largo de La isla mínima en cada toma. La dupla formada por Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez adentra de lleno al espectador en las ideologías y situaciones de la transición española. Destacables también las apariciones de Antonio de la Torre, Nerea Barros y Jesús Castro, que llenan de alma y dan al guión la intensidad y cadencia óptima propia de un film que será recordado y premiado a buen seguro por muchos.
Título: La isla mínima.
Año: 2014.
Director: Alberto Rodríguez.
Reparto: Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez, Nerea Barros, Antonio de la Torre, Jesús Castro,Jesús Carroza, Manolo Solo, Cecilia Villanueva y Salvador Reina.
Puntuación: 9 de 10
Tráiler: