Festival de San Sebastián (IV): alteración del orden y convencionalismos
Fotograma de 'Jauja' (Foto (sin efecto): hollywoodreporter)

Lunes, el día en el que la mayoría de gente vuelve al trabajo y a la rutina de cada semana.. Pero eso no ha provocado una gran diferencia de cantidad en el público asistente en el Festival de San Sebastián. Siguen habiendo colas y proyecciones con las entradas agotadas. Seguramente los números de esta edición del Donostia Zinemaldia serán muy buenas. Ayer nos tocó visualizar Chrieg del suizo Simon Jaquemet, Name Me de la rusa Nigina Sayfullaeva, Still the Water de la japonesa Naomi Kawase y Jauja del argentino Lisandro Alonso.

Como cada mañana, las primeras sesiones del día a las que asistimos fueron las de la sección Nuevos Directores, donde se recopilan varias películas de directores amateurs. El proyecto que presentó Jaquemet es una apuesta un poco arriesgada. Chrieg se centra en un chico que es enviado a una granja en las montañas para una estancia correccional pero que, una vez allí, se encuentra con tres jóvenes rebeldes que controlan el lugar, estando en contra del mundo.

La arriesgada propuesta 'Chrieg' destaca por su deslocalización y por su fuerza visual

Una cinta que funciona a momentos, mientras que una parte no tienen mucha importancia en la historia y se hacen repetitivos, otros tienen bastante fuerza visual e impactan al espectador (como la escena en la que destrozan una casa) que llegan a hacer pensar en películas como Kids o, incluso, en Spring Breakers. Una trama que no te cuenta el porqué del odio del chico a su padre y las causas de ser enviado al correccional; una trama que no le interesa centrarse mucho en los detalles o tramas paralelas. Un aspecto que me ha gustado es que es una historia que no tiene por qué estar localizada en un lugar en concreto, ya que la fase de rebeldía de un adolescente (de más o menos intensidad) y la rivalidad de estos contra los adultos, pasa en cualquier lugar del mundo.

La segunda y tercera proyección del día han sido más convencionales. La propuesta rusa (hacía once años que no había ninguna obra rusa en el festival) narra como dos amigas viajan para conocer el padre de una pero, fruto de la vergüenza de esta, la otra se hace pasar por la hija y este juego lo acaba complicando todo. Aunque hay algunos momentos divertidos, el guion de Name me es bastante simple y flojo, intentando introducir subtramas que no cogen ninguna importancia ni ningún significado en especial al metraje (como los líos con el novio). Además, había más de un error de montaje importante.

La cinta rusa 'Name me' no aporta nada nuevo y además acumula errores de montaje. En cambio  la japonesa 'Still the water' destaca por su belleza y referencias orientales

Después de comer ha sido el momento de viajar hasta las islas pesqueras de Japón para formar parte de la última obra de Naomi Kawase, titulada Still the Water. El protagonista de la película, Kaiko, un joven de 16 años, un día encuentra un cadáver en el mar. Junto con su amiga Kyoko intentarán desentrañar todo este misterio a la vez que irán madurando y convirtiéndose en adultos. Una película convencional dentro del mundo nipón, en el que está lleno de referencias a la cultura, a rituales, tradiciones...

En otras ocasiones, ya me he declarado fan del cine japonés y este caso no ha sido una excepción. Una película preciosa con la que uno puede disfrutar mucho. Pero, por otra parte, si uno no es conocedor de la cultura japonesa o no está acostumbrado, puede resultarle larga por no entender los rituales y, por tanto, no captar las emociones. También se incluye a la perfección en el estilo cinematográfico japonés: tiempo lento, importante de los detalles, la naturaleza, simbología tanto en los elementos como en las imágenes... Destacar la gran interpretación de la mayoría de actores y, especialmente, la fotografía, con unas imágenes submarinas y del mar increíbles.

'Jauja', con Viggo Mortensen podría destacar como una de las mejores obras del festival este año

Para acabar el día, y con la presencia del siempre interesante Viggo Mortensen, Jauja, una coproducción de Argentina, Estados Unidos, México, Holanda, Francia, Dinamarca, Alemania y dirigida por Lisandro Alonso. Cuenta la historia de un capitán de Dinamarca que intenta reuperar a su hija, en el año 1882, después que esta, mientras estaba a la Patagonia con su padre, se escapara con un soldado en territorio enemigo. En algunas cosas parece haber trasladado el mundo del western en el de Luis Buñuel o Albert Serra, además de recuperar el formato 4:3 como pasaba con las películas clásicas.

Posiblemente para muchos de los asistentes será una de las mejores obras del festival, grupo en el que yo estaría de acuerdo, pero también es posible que muchos piensen el contrario. Esto se debe a que es una película muy poco convencional, con momentos surrealistas y sin respuestas, justo el contrario, es un film que genera muchas preguntas. Cada espectador genera su propia interpretación de lo que ha pasado. Pocos planos, la mayoría estáticos, bastante abiertos, película con muy pocos diálogos, la mayor parte está el personaje de Viggo Mortensen solo (por cierto destacar su gran trabajo, capaz de aguantar, en la mayor parte de la peli, todo el peso él solo)... Todo forma parte de este grupo de películas surrealistas que suelen causar dos opiniones muy opuestas: o te encanta la película, o la aborreces y no la acabas. Por mi parte, he disfrutado mucho la experiencia de verla.

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