Andrés Zepeda, periodista que participó en el rodaje de Hacia lo Salvaje en 2011, publicó un artículo para un medio guatemalteco en el que explica cómo la productora pidió conseguir, de manera clandestina, tres o cuatro tortugas ilegales. Finalmente, fueron treinta y una tortugas bebé las que se emplearon, ilegalmente, para el clip de Amaral.
En la crónica, titulada ‘Así trafiqué 31 tortugas para un vídeo de Amaral’, afirma que las pequeñas tortugas estaban condenadas a morir desde el mismo instante en el que fueron capturadas. La productora decidió dejar libres a los animales en el mar, acción que Zepeda califica de inútil dando varias causas por las que las tortugas perecerían: las altas temperaturas, el excesivo tiempo expuestas a la luz directa del sol o la dificultad para abrirse paso en un arrecife de coral abundante en fauna depredadora.
El periodista no solo menciona a las tortugas, sino también incluye a un sapo. "En su epopeya, la protagonista del video debía toparse con un sapo. Titán (Titán Pozo, director del vídeo) quería registrarlo estando quieto, pero el animal, por instinto, saltaba tratando de huir. En el minuto 3:38 del videoclip puede vérsele la irritación alrededor del ojo, efecto de los varios chancletazos que recibió hasta quedar debidamente azurumbado. Parecía como Stallone al final de Rocky IV. 'Esto no se lo vamos a contar a Amaral', bromeábamos", relata en la crónica.
Amaral: "La productora nos aseguró que la filmación se haría con escrupuloso respeto al medio natural."Los miembros de Amaral, publicaron un post en su página de Facebook, asegurando que se sienten “estupefactos” ante el artículo y preocupados por la posibles prácticas ilegales, “o lo que es peor, que las tortugas hayan podido sufrir algún daño. La productora nos aseguró que la filmación se haría con escrupuloso respeto al medio natural y dentro de la legalidad”, asegurando que así aparece reflejado en el contrato.
Andrés Zepeda expone en algunas ocasiones en su crónica que la banda desconocía estas prácticas durante el rodaje. El dúo ha pedido explicaciones a la productora, y asegura que “si hubiera indicios suficientes para pensar que realmente hubo alguna práctica ilegal se emprenderán las acciones necesarias”.
"Es increíble lo idiota que puede llegar a ser esta industria que hoy me remunera', pensaba. 'Se pasa horas enteras e invierte decenas de miles de euros dirigiendo el lente hacia el lado equivocado'. Mientras tanto, detrás de las cámaras la realidad circundante (autoridades cooptadas, abandono del Estado, turismo sexual, violencia contra la mujer, miseria, inequidad, impunidad, trasiego intensivo de drogas) pedía a gritos ser registrada", gran reflexión de Zepeda destacada en su crónica.
