En el mundo del cine existen dos tipos de guiones: el guión técnico o de producción y el literario. Este último se limita a explicar aquello que se va a ver en la pantalla, mientras que el guión técnico o de producción muestra cómo se verá dicho contenido.
Elaborar un guión literario es una ardua tarea en la que se entremezclan, muchas veces, las emociones, los conocimientos y la perseverancia de los guionistas. Es un trabajo que conlleva muchas horas ante un lienzo en blanco en el que se tiene que dar forma a unos personajes con unas inquietudes, unos conflictos y unos objetivos claros.
Desde aquí, en repaso a algunos de los mejores guiones de la historia del cine:
1. Pulp Fiction (Id, 1994, Quentin Tarantino)
Quentin Tarantino, uno de los mejores dialoguistas del cine norteamericano, volcó todos sus conocimientos en la que sería su segunda película, Pulp Fiction. La película se basa en la historia de Jules y Vincent, dos asesinos a sueldo con muy pocas luces, que trabajan para Marsellus Wallace. Éste ha pedido a Vincent que cuide de Mia, su mujer. Jules le recomienda prudencia, porque es muy peligroso sobrepasarse con la novia del jefe. Cuando llega la hora de trabajar, ambos deben ponerse manos a la obra. Su misión: recuperar un misterioso maletín.
Lo fantástico del filme de Tarantino no se puede explicar en una sinopsis, ya que la mezcla de tramas, la hibridación de personajes y la evolución dramática de la película hacen de este guión unos de los más punks y anárquicos de la historia del cine. Mantiene una estructura caótica y a la vez perfectamente ordenada que, mediante viajes en el tiempo, deja a la película como una historia sólida. Cabe destacar que uno de los detalles más significativos del guión es el humor negro y los diálogos, perfectamente elaborados.
2. Doce hombres sin piedad (Twelve Angry Men, 1957, Reginald Rose)
Dirigida por Sidney Lumet, Reginald Rose adapta su obra teatral a la gran pantalla. Un grupo de miembros de un jurado recibe el encargo de juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. De los 12 miembros, 11 están convencidos de que el acusado es culpable de asesinato, pero el duodécimo no tiene ninguna duda sobre su inocencia.
En esta cinta, el conflicto es clarísimo: uno contra el mundo. Rose consigue construir un guión en el que el personaje protagonizado por Henry Fonda no se dedica únicamente a defender al acusado, sino que pretende hacer que los demás miembros del jurado sientan empatía por el joven e intenten comprender qué es lo que sucedió realmente. Es un guión muy sólido en el que el peso del filme recae completamente sobre el personaje de Fonda, un tótem de hierro con el que Rose refleja el poder de las decisiones y la responsabilidad de ser imparciales ante cualquier veredicto.
3. La Vida es Bella (La vita è bella, 1997, Roberto Benigni y Vincenzo Cerami)
Roberto Benigni se impregnó de su historia para plasmarla visualmente a partir de un guión coescrito con Vincenzo Cerami. En 1939, a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial, el extravagante Guido llega a Arezzo, un pueblo de la Toscana, con la intención de abrir una librería. Allí conoce a Dora, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego.
La Vida es Bella es el ejemplo perfecto de la importancia del conflicto y los impedimentos en el guión literario. Durante todo el metraje, Guido tiene un objetivo muy claro: que su hijo no sufra. Para ello hace las mil y una, dando a la película un tono burlesco, a partir de un drama que se cobró millones de muertos en Europa a principios de los años 40. La esperanza de Guido en contraposición a lo catastrófico de la situación es lo que hace que sea una película tan emotiva como triste.
4. Forrest Gump (Id, 1994, Eric Roth)
Dirigida por Robert Zemeckis con un guión de Eric Roth, Forrest Gump explica la historia de un chico que sufre un cierto retraso mental. A pesar de todo, gracias a su tenacidad y a su buen corazón será protagonista de acontecimientos cruciales de su país. Jenny, su gran amor desde la infancia, será la persona más importante de su vida.
En Forrest Gump el mérito se reduce a la creación del personaje principal y de los acontecimientos que Forrest sufre a lo largo del largometraje. Todo el peso recae sobre los hombros de Tom Hanks, que lleva el papel a la gran pantalla de una manera magnífica. El guión mezcla drama, comedia y tragedia a partes iguales y las situaciones a las que se somete al personaje protagonista hacen que se forje la figura de éste y el espectador, y a la vez, crezca con la evolución dramática de Gump.
5. El Sexto Sentido (The Sixth Sense, 1999, M. Night Shyamalan)
Shyamalan escribe y dirige una de las películas con las que la palabra spoiler (descripción de una parte importante de la trama) ganó más significado. El doctor Crowe es un conocido psicólogo infantil de Philadelphia que vive obsesionado por el doloroso recuerdo de un joven paciente desequilibrado al que fue incapaz de ayudar. Cuando conoce a Cole, un aterrorizado y confuso niño de ocho años que necesita tratamiento, ve que se le presenta la oportunidad de redimirse haciendo todo lo posible por ayudarlo. Sin embargo, el doctor Crowe no está preparado para conocer la terrible verdad acerca del don sobrenatural de su paciente: recibe visitas no deseadas de espíritus atormentados.
A partir de dos premisas muy importantes; la pena que arrastra Crowe y las visiones de Cole, se construye una película en la que nada es lo que parece. Shyamalan construye de una manera muy visual la película de manera que el final, completamente inesperado, impacta sobre el espectador generando una sensación impagable. El punto de giro se vuelve el protagonista en este guión, una desviación que desestabiliza todo el filme y hace que éste cobre significado. Elaborar un guión con un punto de giro tan potente y verosímil como el de El Sexto Sentido no es fácil y, por ello, se debe considerar este guión como uno de los mejores.