Lauren Bacall, el último icono
Montaje por Fex Maldonado

Betty Joan Weinstein Perske, o Lauren Bacall como se la conocía, nació en Nueva York el 16 de septiembre de 1924. Aunque su matrimonio con el actor Humphrey Bogart no duró más de 12 años, siempre ha sido reconocida por ser la mujer de, algo que tuvo sus ventajas profesionales pero que también la obstaculizó para poder brillar con luz propia. El pasado día 12 la actriz y modelo fue hallada muerta en su casa de Nueva York. Bacall contaba con 89 años de edad, y ha fallecido por causas naturales.

Desde muy joven se interesó por el mundo de la interpretación e incluso trabajó en Broadway. Fue en 1944 cuando el director Howard Hawks, enamorado de su belleza, la fichó para protagonizar Tener y no tener, el que sería su debut en la gran pantalla. A partir de entonces su carrera en el cine despegó, llegando a participar en más de cuarenta títulos. Su imagen de femme fatale en cintas como Cayo Largo o El trompetista contrastaron con películas donde se adentraba en el género de comedia como Cómo casarse con un millonario, donde compartió créditos con Marilyn Monroe.

Tras la muerte de Bogart, Lauren sufrió una etapa de decadencia personal y profesional. Sería en los años 90 cuando se la pudiera redescubrir en la que sería su película más aclamada, El amor tiene dos caras, cinta dirigida por Barbra Streisand en 1996, y que la convirtió en candidata al Oscar a la mejor actriz secundaria. Aunque no pudo llevárselo, finalmente la Academia la señaló con el Óscar Honorífico en 2009. También obtuvo gracias a este papel el Globo de Oro y el Premio del Sindicato de Actores.

Lauren Bacall, a sus 89 años aún se mantenía activa profesionalmente, y en los últimos años apariciones más importantes las hizo en Dogville, a las órdenes de Lars Von Trier, y en The Walker, el cual fue presentado en el Festival de Cine de Berlín en 2007.

Con el fallecimiento de la actriz se nos va uno de los últimos iconos del cine clásico que nos quedaban. Su legado quedará por siempre en nuestras retinas. Donde quiera que esté, Humphrey la recibirá con los brazos abiertos.

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