Desde hace ya varios años se ha hablado que en Hollywood, y en consecuencia en el cine a escala internacional, existe una gran “crisis del guion”. Reboots, remakes, precuelas, secuelas y demás fragmentaciones de una misma historia inundan las carteleras de todas las ciudades. Algunos atribuyen la actual situación a que ya no existen ideas innovadoras y otros se arriesgan a afirmar que el cine que se produce es el que quiere ver el público. Ambas afirmaciones están equivocadas, ya que como decía Nacho Vigalondo en una entrevista para La Gaceta “en Hollywood no hay crisis de ideas, sino de confianza”.
En la actualidad existen una horda de jóvenes que han estado ingiriendo, analizando y impregnandose de cine y que quieren hacer de éste su profesión, pero la industria tiene otros pájaros en la cabeza. Los cánones establecidos para que una película sea comercial, en un sentido plenamente económico, hace que las productoras, en estos tiempos complicados, no se manifiesten muy convencidas con proyectos arriesgados, innovadores y rompedores. Ni la típica película protagonizada por el actor de moda y el director que está despuntando en las salas tiene pinta de caballo ganador, y eso hace que todo sean pequeños potros que pueden acabar siendo grandes sementales o carne para hamburguesas. Esta situación obliga a los creadores que realmente confían en sus proyectos y en su manera de ver el mundo a autoproducirse.
Ya no puedes fiarte de nadie. Si quieres algo, tienes que hacerlo tú, ¿no crees? - Joker en "The dark knight" (2005)Baratometrajes 2.0, dirigido y producido por Daniel San Román y Hugo Serra junto a varias decenas de mecenas, retrata la realidad del cine independiente o underground español. El documental cuenta con la presencia de varios creadores, entre ellos Alfonso Sánchez y Alberto López (El Mundo es nuestro, 2012) y Love Jordina (Saving Isis, 2011), críticos de cine como Jordi Costa y personalidades de la industria y la distribución del cine en nuestro país.
El documental, que alterna entrevistas con fragmentos de los filmes de los creadores, narra la realidad a la que se ven obligados los creadores ante la impasibilidad del Ministerio de Cultura y los protocolarios pasillos que hay que recorrer para llegar a ayudas ínfimas que no potencian la creación de obras cinematográficas competitivas. Lejos de quedarse como un panfleto reivindicativo contra la “industria” del cine, el modelo obsoleto de mercado y la cultura en general en España, Baratometrajes 2.0 es una carta de amor al séptimo arte. La prueba palpable de que en el cine, como en cualquier otra arte, no existe un caballo ganador, sino que con esfuerzo, sacrificio, talento y muchas horas a la espalda hasta el potro más esquelético puede convertirse en el más guapo del establo. Con ayuda o sin ayuda.