Hace 6 años, un tímido muchacho de Ontario (Canadá) dio el salto a la fama tras subir un video a YouTube. Este tímido adolescente de voz angelical no es otro que Justin Bieber, más conocido actualmente por sus escándalos que por su música. En las declaraciones que su madre, Pattie Mallette, hizo para forofemenino.com asegura que "no tiene ningún control sobre su hijo". Actualmente Justin forma parte de ese conjunto de niños prodigio consumidos por la ansiedad y la fama, que brillaron con dientes de leche y ardieron sin barba.

Otros dos casos de niños prodigio consumidos por la fama se encuentran en el magnate del entretenimiento infantil. Quizá el caso más polémico lo protagonizó Miley Cyrus, la hija de la estrella retirada del country Billy Ray Cyrus, que ha protagonizado diversos escándalos, relacionados todos ellos con las drogas y los desnudos. Escádalos que la alejan más y más, como parece que pretende, de su personaje, Hannah Montana, gracias al cual logró la fama que tiene hoy por hoy.

Lo que más tienen en común los dos personajes anteriormente descritos es que fueron obligados a mantener una imagen dulce, ñoña e irreal más de la cuenta. Hasta que estallaron, pasando a convertirse en su propia antítesis. Otro caso de desesperación y coqueteo con las drogas en la productora del ratón es el protagonizado por Demy Lovato, la cual tuvo que dejar la gira World Tour 2010 con los Jonas Brothers y el elenco de Camp Rock 2 en Lima (Perú); por supuestos problemas de estrés, aderezados con ingesta de pastillas. Según contó la misma Demy en un video colgado en Youtube, sus asesores y productor la presionaban para que mantuviera un peso y una apariencia en relación a los stándares de belleza adolescente.

Puede parecer ingrediente esencial para el enloquecimiento y posterior rebeldía desmedida de estos niños prodigio el hecho de que fueran obligados a mantener una imagen pueril y ñoña demasiado tiempo, nada más lejos de la realidad. Alexi Laiho, el fundador y principal compositor de la banda finlandesa de death metal Children of Bodom, fue ingresado en un hospital psiquiatrico en dos ocasiones, la primera a la tierna edad de 17 años, tras pasar por el hospital para sacar de su estómago las altas dosis de whisky y calmantes que había ingerido. Años después, en una entrevista para la popular revista del mundillo, Metal Hammer, el Finlandés hizo las siguientes declaraciones: "Estaba con la cabeza jodida; solía cortarme y hacerme daño a mi mismo, sabiendo perfectamente lo que hacía. Cuando desperté fue terrible: estaba aterrorizado de despertarme entre todos esos locos, de todas las edades gritando, estaban todos mucho peor que yo; Fue una manera de darme cuenta de que no tenía ni idea de como me sentía yo en comparación con esa gente. La banda me estaba causando esa presión pero era lo único que me hacía seguir adelante."

Teniendo en cuenta que la locura y el abuso de las drogas se dió y ha dado en todos los casos, la máscara del infantilismo no tuvo tanto que ver como parecía, solo son estómagos demasiado tiernos para digerir las mieles del éxito, almas de niño vendidas al diablo a cambio del éxito .