18 películas compiten por la Palma de Oro de la 67 edición. Y solo una de ellas es una comedia. Por lo visto, en Cannes el drama gusta y mucho. Solo hay que echar un vistazo a las últimas películas que han triunfado en el marco del certamen: El árbol de la vida (2011), Amour (2012) o La vida de Adèle (2013). No obstante, a veces se cuela una pequeña joya con el humor como artífice de las emociones y la empatía colectiva. Es lo que podría ocurrir con Relatos Salvajes, de Damián Szifron, la primera y única comedia que participa este año en la sección oficial. Esta coproducción hispano-argentina se ha llevado el aplauso unánime de los presentes en la Croisette. Todo lo contrario que su compañera de jornada, el biopic Saint Laurent, del francés Bertrand Bonello.
Una boda frustrada, una pelea de tráfico, un ingeniero que se venga de la grúa municipal... así hasta seis relatos de ciudadanos comunes que un buen día pierden el control constituyen la carta de presentación de Damian Szifron. El argentino no solo aterriza en Cannes con el peso de representar a un cine, el hispano, reducido a mínimos en esta edición, sino también con el handicap de tener entre manos la única comedia que opta a la Palma de Oro. Por suerte, su prueba de fuego ha sido superada con éxito.
'Relatos Salvajes' está compuesto por seis historias de ciudadanos cotidianos que pierden el control
Así, Relatos Salvajes, coproducción hispano-argentina y con el cineasta manchego Pedro Almodóvar en las labores de producción, ha gustado mucho entre la prensa especializada que ha premiado con una gran ovación (y risas, como debe ser) esta comedia negra con la violencia como trasfondo. "En un principio había más relatos, 12 concretamente. Al final escogí seis y la reunión de estos cuentos más salvajes que los demás, dio lugar al título de la película", ha explicado este sábado el cineasta, ante una prensa rendida a sus pies.
Emocionado, Szifron ha reconocido que el orden cronológico de los relatos se debe a "un sentido de una montaña rusa emocional", pero que no quería que tuvieran ningún nexo de unión entre ellos más allá de la violencia irracional de sus personajes. Su perfeccionismo tras la cámara es de tal magnitud que los actores han desvelado que no pudieron improvisar ni una sola coma. "Damián es muy preciso y muy riguroso, no ha habido improvisación. Conocía cada coma de su guion", ha concretado Ricardo Darín, quien da vida a un ingeniero que pierde los papeles en este cóctel divertido de incorrección política y burocrática que ha despertado las carcajadas de los presentes. ¿Otra aspirante a la Palma de Oro?
Damián Szifron y Ricardo Darín, esta mañana durante la conferencia de prensa. (Foto: FDC)
El lado más oscuro de la moda
Y después de la comedia, Cannes regresa de nuevo al drama biográfico. Después de Grace Kelly, J. M.W. Turner, la siguiente parada tiene nombre de modisto, concretamente de un diseñador universal que revolucionó la forma de hacer alta costura. Hablamos del francés Yves Saint Laurent que, curiosamente, revivirá en el cine por partida doble: por un lado está la versión de su vida firmada por Jalil Lespert, titulada Yves Saint Laurent (que llegará a España el próximo mes de agosto); y por el otro, la adaptada por otro compatriota francés, Bertrand Bonello, Saint Laurent, filme encargado de inaugurar el marcador oficial para Francia en el festival.
Bonello retrata en su primera incursión en el mundo de la dirección (es un conocido actor galo) el lado menos conocido y amable de Saint Laurent. Concretamente, se retrotrae a finales de los 60 y principios de los 70, etapa de pleno esplendor profesional del diseñador que, en penumbras, vivía una vida marcada por las drogas y las orgías homosexuales. "Esa década era la más rica, tanto en términos de moda y creaciones como de su vida. Hizo de todo y al final de ese periodo todo estaba dicho", ha razonado ante los medios Bonello, quien se reserva un papel en la cinta.
Léa Seydoux regresa a Cannes tras 'La vida de Adèle' con este fallido biopic del maestro de la moda galo
Por su parte, el francés Gaspard Ulliel se mete en la piel del diseñador, protagonizando algunas de las escenas más subidas de tono de lo que llevamos de certamen. Aunque él le ha quitado hierro al asunto: “Creo que entre Jérémie Rénier y yo existía una especie de sensualidad. Nos conocemos hace mucho tiempo. Con Louis Garrel, a quien conocía poco, hubo una especie de gracia que hizo que surgiera algo especial. Con de Bascher, creo que la historia tomó toda su magnitud … La escena del beso era la única que no estaba en el guión”.
Ulliel comparte créditos también con toda una promesa del cine galo, Léa Seydoux, quien, por cierto, regresa al festival tan solo un año después de maravillar con la premiada La vida de Adèle. Desafortunadamente, esta vez parece que no saldrá por la puerta grande. Saint Laurent divide a la crítica que la ha tachado de relamido y fallido biopic.
Léa Seydoux y Gaspard Ulliel, protagonistas de 'Saint Laurent'. (Foto: FDC / K. Vygrivach)