El morbo en el cine ha estado presente desde los inicios del descubrimiento del cinematógrafo. Thomas Alva Edison, empresario y prolífico inventor estadounidense, llevó a cabo un escabroso experimento que, además, filmó para poder difundir una teoría sobre el peligro de la corriente alterna. Edison tomó a un elefante, lo conectó a la corriente y descargó sobre el animal una poderosa corriente eléctrica que mató al paquidermo.
Hablando de cine, existen una gran variedad de géneros cinematográficos. Unos poseen atractivos artísticos y otros se vuelven atractivos por otros factores, como por ejemplo el morbo. El morbo se puede basar en los actores, como el filme The Girlfriend Experience (Ídem, 2009) protagonizado por la actriz de cine porno Sasha Grey, por el contenido de la película, como por ejemplo Saw (Ídem, 2004), Nymphomaniac. Vol 1 (Nymphomaniac. Vol I, 2013) o Holocausto Canibal (Cannibal Holocaust, 1980) o por la promoción del filme.
Es bien sabido que si, en cualquier arte, una obra toma forma es porque hay un público al que le interesa dicho material artístico
En 1960 Alfred Hitchcock estrenó un filme llamado Psicosis (Psycho, 1960). La linea argumental de la película, que era poco convencional para la época, obligaba a ver la película desde el inicio. Dicho detalle hizo que durante la promoción del filme se informase a los espectadores de que se requería que los espectadores vieran la película desde el principio. Así pues, los que llegaran tarde a las salas se encontrarían con las puertas cerradas. El estreno de la película fue un auténtico éxito, dejando las salas sin localidades disponibles.
Cartel promocional de Psycho (1960)
Fuese una maniobra comercial o un factor indispensable para comprender el filme al completo, esta claro que el hecho determinante de la respuesta del público fue el morbo. El morbo por saber porque se requería ver el filme desde el principio. ¿Pasaba algo escabroso, algún hecho impactante? Las preguntas que el espectador se formaba hacía que las hipótesis fomentaran la asistencia a las salas.
En la actualidad los reclamos que incitan al morbo de los espectadores suelen venir de los mismos críticos. “La mejor película de este año”, “Imprescindible”, “La película más terrorífica de todos los tiempos”. Si además a esto se le suma la prohibición en varios países o la prohibición en las salas de cines convencionales, como pasó con A Serbian Film (Srpski film, 2010) y Saw VI (Ídem, 2009), el público siente un deseo interior de ver esas películas.
El contenido de los filmes cada vez es más y más importante hasta el punto en que un detalle de la trama puede lanzar una película a la fama únicamente por el morbo. Este fue el caso de Irreversible (Irréversible, 2002), dirigida por Gaspar Noé. En el film aparece una escena en la que un personaje viola a una muchacha en un paso subterráneo. La secuencia, de 9 minutos, catapultó al filme del Festival de Cannes a todos los medios haciendo de esta secuencia el único reclamo de la película.
El morbo en el cine, y sobre todo en el género sobrenatural, fantástico y de terror/gore, se ha vuelto una herramienta de reclamo extremadamente efectiva y polémica. Profundizar en los deseos personales de la audiencia y potenciar el interés hacer que el cine, cada vez más, se vuelva una arma comercial y que pierda su valor artístico.
